NewsletterNewsletterEventsEventos
Loader

Find Us

InstagramFlipboardLinkedin
Apple storeGoogle Play store
PUBLICIDAD

El 'barco Fu' y la Nao Victoria como ejemplo de los lazos marítimos de unión entre China y Europa

El 'barco Fu' y la Nao Victoria como ejemplo de los lazos marítimos de unión entre China y Europa
Derechos de autor euronews
Derechos de autor euronews
Por Paul HackettYegor Shyshov & Euronews
Compartir esta noticia
Compartir esta noticiaClose Button
Copia/pega el link embed del vídeo de abajo:Copy to clipboardCopied

En la antigüedad, la ‘Ruta Marítima de la Seda’ era un enlace vital con el mundo exterior. Si el ‘barco Fu’ llevó China al mundo, la Nao Victoria, literalmente, lo circunnavegó. Elcano estaba al frente de la expedición que completó la primera circunnavegación de la Tierra, en la Nao Victoria.

PUBLICIDAD

En este episodio de Crossing Cultures, los periodistas Yegor Shyshov y Paul Hackett, descubren algunos de los 'lazos marítimos' que unen a China y Europa. Para ello, visitan Quanzhou, en el sudeste de China, y Jersey, una isla en el canal de la Mancha.

"Durante siglos, Quanzhou ha sido uno de los mayores puertos de China, desde donde zarparon ‘barcos Fu’ de todos los tamaños, llevando té, seda y otros preciados cargamentos, de China al resto del mundo. Descubriré el ilustre pasado de este emblemático navío", declara Yegor Shyshov presentador del programa Inheritors, de CGTN.

"Aquí, en Europa... 'Todos a cubierta', mientras zarpo en una réplica, a tamaño real, de la icónica nao Victoria, la primera embarcación que circunnavegó el planeta", señala Paul Hackett, periodista de Euronews.

Euronews
Imagen tomada desde la cubierta de la réplica de la célebre Nao Victoria, la primera embarcación que circunnavegó la Tierra.Euronews

China lleva miles de años comerciando a través del mar. En la antigüedad, la ‘Ruta Marítima de la Seda’ era un enlace vital con el mundo exterior. Pero... el transporte de mercancías, sobre todo de mercancías pesadas como la cerámica, podía suponer una tarea peligrosa. Para reducir el riesgo, los constructores navales chinos idearon una ingeniosa solución: el ‘Barco Fu’. Estos buques eran revolucionarios, ya que incorporaban, por primera vez, la tecnología de ‘mamparos estancos’. La innovación permitiría a los buques chinos resistir las tormentas más intensas y la bravura de los mares más agitados.

"Esta es la tapa de la escotilla. Los mamparos dividen y refuerzan el casco. Hay tapones debajo de estos compartimentos estancos. El agua se dirige a este compartimento, si hay una fuga en cualquiera de las otras secciones. Entonces, el capitán liberará el agua", afirma Lin Peizong, heredero de una empresa de construcción naval especialista en la fabricación de 'barcos Fu'.

Las pruebas arqueológicas demuestran que los barcos mercantes de la dinastía Song, entre los siglos X y XIII, ya utilizaban mamparos. Esta forma de dividir el casco se sigue utilizando hoy día. Así, se evita que el barco se inunde por completo en caso de accidente. Además, facilita el almacenamiento. Y, sobre todo, se evita que la carga se desplace.

"Antiguamente, en la costa de Fujian, nuestros antepasados vivían en el mar, junto al mar. Básicamente, los barcos eran su medio de vida, por lo que estaban en constante evolución... desde las primeras ‘balsas’ y canoas, hasta los ‘barcos Fu’, diseñados para realizar largas travesías", declara Zhang Guohui, maquetista de 'barcos Fu'.

Si el ‘barco Fu’ llevó China al mundo, la Nao Victoria, literalmente, lo circunnavegó.

"En 1519, el explorador portugués Fernando de Magallanes se embarcó en el que, posiblemente, haya sido el mayor viaje por mar, jamás emprendido. Zarpó de Sevilla en una flota de cinco navíos. Su misión, en nombre de la corona de España, era encontrar una ruta occidental hacia las islas Molucas, o ‘Islas de las Especias’, en la actual Indonesia. Lo que le esperaba, era un penoso viaje que se completó en tres años, marcado por motines, asesinatos e incluso su propia muerte", indica Paul Hackett, reportero de Euronews.

Esta vez, por suerte, la aventura del equipo de Euronews es mucho más corta. Desde Jersey, los tripulantes se dirigen hacia el norte por la costa de Normandía, hasta el puerto de Fécamp. Javier ejerce de guía de Paul Hackett.

"Javier, la magnitud de la empresa a la que se enfrentaban Magallanes y su tripulación era, sencillamente, enorme. ¿Hasta qué punto es un reto navegar en una nave como esta?", pregunta el periodista.

"Bueno... sigue siendo difícil maniobrar, incluso hoy día, con motor. Y, entonces, dependían exclusivamente del viento que solamente hacía posible esto cuando soplaba por la popa, o cerca de ella. El pinzote también es bastante difícil de mover, sobre todo con mar gruesa, porque empujas directamente contra las olas y la corriente. Siempre, tenían que ir en busca de los vientos alisios", responde Javier Juan Polo Polo, primer oficial de la Nao Victoria.

Antes de cruzar el Atlántico y entrar en el Pacífico, el comandante portugués ya había reprimido brutalmente un motín. Apenas era una muestra del horror que le esperaba.

"Navegando por el vasto océano Pacífico, la hambruna y el escorbuto se apoderaron de los marineros. La expedición no ‘tocó tierra’, hasta pasados casi 100 días", señala el reportero.

Es difícil imaginar cómo era realmente la vida en la nao hace cinco siglos, pero se puede decir que estaba ‘llena de peligros’.

"Por lo que sabemos, las condiciones y la vida a bordo eran terribles... en cierto modo, como la ‘escalada’ que hemos realizado. ¿Cómo sobrevivió la tripulación?", interroga Paul Hackett. 

"En realidad, la mayoría no sobrevivió. El principal problema era la falta de agua dulce y de frutas y verduras frescas. Subestimaron el tamaño del océano Pacífico, por lo que no estaban suficientemente equipados para la travesía. Además, algunos de ellos fueron atrapados, capturados o asesinados por los nativos, o los portugueses", explica Javier Juan Polo Polo.

Finalmente, la expedición llegó a Filipinas. Pero, tras reclamar la ‘nueva tierra’ para España, Magallanes murió en una batalla contra tribus locales. Los supervivientes, liderados por el vasco Juan Sebastián Elcano, siguieron adelante.

PUBLICIDAD

Navegaron solos en la nao Victoria por el océano Índico, y rodearon el cabo de Buena Esperanza, de vuelta a España, tras cargar especias por el camino.

"La historia parece haber pasado por alto a Elcano, pero en realidad, fue él quien circunnavegó la Tierra, ¿no?", pregunta el periodista.

"Sí. Es curioso, porque ni siquiera era capitán al principio de la expedición, y participó en un motín contra Magallanes. Luego, le ascendieron al disminuir la tripulación", señala el primer oficial de la nao Victoria.

"¿Cómo cambió el mundo esta expedición, y esta nao, en concreto?", quiere saber el reportero.

"Descubrieron el océano Pacífico para el mundo occidental. Trajeron nuevas especias y mercancías, y alimentos desconocidos. Establecieron rutas comerciales muy importantes, y por primera vez, fuimos conscientes del tamaño real de la Tierra. Creo que fue un descubrimiento extraordinario", declara Javier Juan Polo Polo.

PUBLICIDAD

De unos 250 hombres que zarparon, en un principio, solamente regresaron 18 en la nao Victoria, la única embarcación que quedaba. Pero, habían demostrado, que nuestro mundo era uno, sentando las bases del ‘globalismo’.

En el pasado, en China, los ‘barcos Fu’ llenaban los puertos de toda China. La aparición de los modernos buques con casco de acero pondría fin a esa gloriosa época, pero en 2020, Lin Peizong reunió un equipo para construir una réplica, a escala real, de este mítico barco de la época de la dinastía Ming, que gobernó entre los siglos XIV y XVII.

"Soy marinero desde hace nueve años. Heredé la técnica de crear mamparos estancos. Para quienes ‘vivimos’ en el mar, los ‘barcos Fu’ son nuestro hogar. Mi sueño es navegar por la ‘Ruta Marítima de la Seda’ con un barco Fu", indica heredero de una empresa de construcción naval especialista en la fabricación de 'barcos Fu'.

Hoy día, los ‘barcos Fu’ son más conocidos por las maquetas que se hacen de ellos. Zhang Guohui es un maestro de este antiguo y extraño oficio.

"Sobre el nombre ‘barco Fu’, ¿se debe a que se fabricaron en Fujian?", pregunta el periodista Yegor Shyshov.

PUBLICIDAD

"En parte, sí. Además, el carácter chino ‘Fu’ en Fujian", significa ‘buena suerte’. De ahí el nombre", explica a modo de conclusión Zhang Guohui, maquetista de ‘barcos Fu’.

Compartir esta noticia

Noticias relacionadas

Proyecto Darwin200, mucho más que un homenaje al padre de la biología

Descubren 265 años después una centena de cartas de amor escritas a marineros franceses