Se alcanzó una temperatura media de 1,65 grados Celsius por encima del nivel de referencia preindustrial. La fauna y flora del planeta pagan un caro peaje.
Aunque no lo parezca, el hemisferio norte está inmerso en la estación invernal. Sin embargo, pese a algunos días de frío, de intensas lluvias, y de copiosas nevadas, el termómetro no miente: la Tierra ha vivido el mes de enero más caluroso de la historia, desde que se tienen registros; se alcanzó una temperatura media de 1,65 grados Celsius por encima del nivel de referencia preindustrial. La fauna y flora del planeta pagan un caro peaje.
Las temperaturas del aire y los océanos presentan una serie de anomalías verdaderamente preocupantes. El calor y la falta de precipitaciones están causando estragos. Los campos de cultivo están secos, la agricultura agoniza, los incendios forestales no dan tregua y los fenómenos meteorológicos se intensifican.
La extensión del hielo marino en el Ártico mantuvo cierta estabilidad, y en algunas zonas aumentó, pero en la Antártida, los valores oscilaron en torno a un 18% por debajo de la media registrada en esta época.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), lanzado por la Unión Europea e implementado por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, publica mensualmente boletines climáticos que informan sobre los cambios observados en las temperaturas globales del aire y el mar en superficie, la masa de hielo marino y las variables hidrológicas.
Todos los resultados comunicados se basan en análisis generados por ordenador, y según el conjunto de datos de reanálisis ERA5, utilizando miles de millones de mediciones procedentes de satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas de todo el mundo.