Los negociadores de la Unión Europea han llegado a un acuerdo en la madrugada del viernes para acelerar la producción de munición y misiles en Europa con el fin de entregarlos urgentemente a Ucrania.
PUBLICIDAD"Tenemos un acuerdo", ha anunciado Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, en Twitter a primera hora del viernes. "En sólo dos meses, Europa ha acordado un programa histórico ASAP [las siglas en inglés de la propuesta] para financiar el aumento de su base industrial de defensa en apoyo de Ucrania y de la seguridad de Europa", ha añadido.
Dada la urgencia de proporcionar a Ucrania las armas que necesita para defenderse de la invasión rusa y montar con éxito su contraofensiva, la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones (ASAP), que fue propuesta por primera vez por la Comisión Europea a principios de mayo, se tramitó por la vía rápida en el proceso legislativo de la UE.
Margarita Robles, ministra de Defensa de España, país que ostenta actualmente la presidencia de turno del Consejo de la UE, ha declarado que el rápido acuerdo "es una prueba más del compromiso inquebrantable de la UE de apoyar a Ucrania, reforzar la base tecnológica e industrial de defensa de la UE y, en última instancia, garantizar la seguridad y la defensa a largo plazo de los ciudadanos de la UE".
La líder de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha acogido con satisfacción el acuerdo, afirmando que "acelerará la entrega de municiones a Ucrania en esta fase crucial de la guerra".
El ASAP forma parte del plan de tres vías de la UE para suministrar a Ucrania el millón de cartuchos que necesita durante el próximo año y reponer las existencias de los Estados miembros, que se agotan rápidamente.
En la primera vía, los Estados miembros de la UE se comprometieron a suministrar munición por valor de 1.000 millones de euros de sus existencias restantes, mientras que la segunda vía preveía pedidos conjuntos de munición por valor de 1.000 millones de euros adicionales.
El **ASAP, o tercera**vía, destinará 500 millones de euros de fondos de la UE a reforzar las capacidades de producción industrial de munición tierra-tierra y de artillería, así como de misiles. También introduce un marco normativo temporal para hacer frente a lo que la Comisión ha calificado de "crisis de suministro de munición".
El dinero se desembolsará en forma de subvenciones a las empresas de la UE que reúnan los requisitos necesarios para que puedan aumentar la producción y hacer frente a los cuellos de botella, con la esperanza de que sus fondos estimulen las inversiones privadas por un total de hasta 1.000 millones de euros.
Marc Botenga, eurodiputado belga del grupo de La Izquierda que participó en las negociaciones, se mostró sin embargo muy crítico, calificándolo de "error histórico".
"El dinero de la UE que se necesita urgentemente para investigación, sanidad o infraestructuras climáticas va ahora a parar a los accionistas de la economía de guerra. El mundo al revés", dijo.
También argumentó que el Acta es "ilegal" y que "viola" el artículo 41.2 del Tratado de la UE, que prohíbe imputar al presupuesto comunitario "los gastos derivados de operaciones que tengan repercusiones en el ámbito militar o de la defensa".