Actualmente segunda fuerza en el Parlamento Europeo, los socialdemócratas se centrarán en frenar el ascenso de la extrema derecha, tal y como pronostican muchos sondeos sobre las elecciones europeas de junio.
PUBLICIDADLa tendencia al alza de la extrema derecha es claramente visible en la mayor potencia económica de la Unión Europea (UE) -Alemania- y el líder del centro-izquierda en el Parlamento del país, Rolf Mützenich, ha acudido este miércoles a Bruselas para debatir la estrategia y los mensajes de la campaña, advirtiendo de que la propia democracia está en peligro.
"Incluso en el corazón de la democracia, uno esperaría que cualquiera que se proclame demócrata no jugara con la idea de querer trabajar con antidemócratas, con extremistas de derechas, con tendencias fascistas, de ninguna manera, aunque sólo fuera intelectualmente. Este es el primer paso, que también puede ser un hachazo a la democracia", ha asegurado a los periodistas.
Alemania es uno de los ocho Estados miembros de la UE que tiene un gobierno de centro-izquierda, en coalición con los liberales y los verdes.
Este podría ser el modelo de una futura coalición para mantener el poder en el Parlamento Europeo, según la líder del grupo, Iratxe García, que señala los posibles socios si la derecha se distancia del consenso habitual en el centro.
"Por supuesto que preferimos aliarnos con las fuerzas progresistas, pero si eso no es suficiente, tenemos que darnos cuenta de que necesitamos hacer una alianza con todos los europeístas, lo que significa conservadores tradicionales, liberales, nosotros, verdes e izquierda", ha asegurado García.
La sombra de la corrupción
Hace apenas un año, los socialdemócratas se vieron sacudido por un escándalo: algunos de sus eurodiputados fueron acusados de corrupción, entre ellos una vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili (Grecia).
Pero ahora el partido ha intentado transmitir el mensaje de que es un refugio seguro para los defensores del proyecto de la UE, alegando que el centro-derecha se acerca a los más extremistas y euroescépticos.
La prioridad, dicen, debe ser resolver los problemas sociales con más inversión pública, manteniendo bajo control el déficit y la deuda.
Los socialdemócratas europeos aprobaron su manifiesto durante un congreso celebrado el pasado noviembre en Málaga (España), con el lema "Soluciones progresistas a los desafíos globales". Está previsto que se reúnan a principios de marzo para elegir a su principal candidato, y muchos en el partido creen que debe ser una mujer.