Una conversación grabada en secreto, a la que ha tenido acceso 'Euronews', muestra a un importante investigador policial en la investigación del Qatargate cuestionando la integridad tanto del arrepentido como de los jueces.
PUBLICIDADEl sospechoso Francesco Giorgi -pareja de la eurodiputada socialista Eva Kaili, también investigada en el caso de corrupción (están acusados de aceptar sobornos de funcionarios qataríes y marroquíes)- grabó en secreto una conversación con el policía belga Ceferino Álvarez Rodríguez cuando éste visitó el apartamento de Giorgi en mayo del año pasado.
En la grabación, a la que ha tenido acceso 'Euronews', Álvarez Rodríguez acusa de mentir al exeurodiputado Pier Antonio Panzeri, presunto cabecilla de la trama que ha llegado a un acuerdo con las autoridades belgas para revelarlo todo sobre el caso de corrupción. "No nos creemos nada de lo que dice", dice una transcripción de la conversación, "sabemos muy bien que nos está engañando, lo sabemos. Pero todo va a estallar". "Cuando estalle, estallará".
El juez encargado del caso dimitió acusado de no ser parcial
La conversación en francés, grabada con el teléfono de Giorgi, también muestra a Álvarez Rodríguez quejándose de los jueces nombrados políticamente."No confío en el poder judicial porque la justicia está manejada por hilos, por políticos", habría dicho. "No podemos confiar en el poder judicial", añadió.
Álvarez Rodríguez trabajó codo con codo con el anterior juez del caso, Michel Claise, que se vio obligado a dimitir el pasado mes de junio tras las acusaciones de falta de imparcialidad. Se supo que el hijo de Claise era socio del hijo de María Arena, otra eurodiputada socialista envuelta en el escándalo pero que no ha sido acusada formalmente, en una empresa de cannabis medicinal. Según la Fiscalía, Claise dimitió "por prudencia" y para "mantener la necesaria separación entre la vida privada y familiar y las responsabilidades profesionales".
La conversación grabada, que el equipo jurídico de Giorgi ha pedido que se considere como una nueva prueba legal en el caso, añade más confusión a los esfuerzos por procesar a los sospechosos. Las numerosas debacles de la investigación belga han llevado a muchos a calificar el caso de 'Belgium-gate'.
La conversación se produjo en mayo del año pasado
La conversación entre Giorgi y Álvarez Rodríguez tuvo lugar supuestamente el 3 de mayo del año pasado, cuando el investigador se detuvo para devolver el teléfono de Giorgi, que le había sido incautado durante su comparecencia apenas unos días antes, el 27 de abril. Durante la visita, Giorgi se quejó de que su ordenador portátil, que incluía notas confidenciales que había redactado con su abogado, había sido confiscado por agentes de la Policía durante un registro ordenado por el juez Claise mientras Giorgi asistía a su vista judicial el 27 de abril, alegando que violaba su derecho a la defensa.
En respuesta a las quejas de Giorgi, el investigador Álvarez Rodríguez habría repetido dos veces: "Ese es el juego". Según la transcripción, el investigador también afirma que es "normal" que su equipo tenga acceso a las notas confidenciales de Giorgi, ya que su contenido demuestra que Giorgi también ha tenido acceso a sus propios archivos de investigación.
"No somos idiotas, así que sabemos que nos mientes"
"Adaptas tu discurso a lo que hay en el expediente", le habría dicho el investigador a Giorgi, "por eso no lo ponemos todo. No somos idiotas, así que sabemos que nos mientes". La transcripción de la conversación es uno de los tres archivos que los abogados de Giorgi han presentado para que sean considerados como nuevas pruebas en la investigación, según un documento visto por 'Euronews'. También incluyen la grabación original, en formato de vídeo, así como un vídeo subtitulado preparado por Giorgi.
En el escándalo de corrupción, Giorgi, su socio Kaili y Panzeri fueron acusados de aceptar cientos de miles de euros de funcionarios qataríes y marroquíes a cambio de influir en las decisiones del Parlamento Europeo. Ambos países han rebatido con vehemencia las acusaciones.
El caso ha conmocionado a Bruselas y ha obligado al Parlamento Europeo a tomar medidas drásticas contra la laxitud de las normas de conducta del personal. Mientras que Panzeri y Giorgi han admitido sus delitos, Kaili sigue defendiendo su inocencia.