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Advertencia de viaje: Poner música en la playa puede costarte una multa de 36 000 euros en este país

En Portugal podrían confiscarse altavoces portátiles y multar por poner música a todo volumen en la playa.
En Portugal podrían confiscarse altavoces portátiles y multar por poner música a todo volumen en la playa. Derechos de autor Canva
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Por Angela Symons
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

¿Quiere paz y tranquilidad mientras toma el sol? Este país europeo promete sol, mar y silencio.

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Los bañistas portugueses han sido advertidos de que pueden enfrentarse a multas de hasta 36 000 euros por poner la música demasiado alta.

La Autoridad Marítima Nacional (AMN) de Portugal ha prohibido los altavoces portátiles que emiten música a todo volumen y molestan a lugareños y turistas.

Las nuevas restricciones se confirman justo cuando está a punto de empezar la temporada alta de turismo en los destinos de playa más populares de Portugal.

¿A cuánto asciende la multa por poner música en la playa en Portugal?

Anunciada el mes pasado por la AMN, la normativa prohíbe "el uso de equipos de sonido y actividades generadoras de ruido que, en los términos de la ley, puedan causar molestias".

Aunque no está claro qué volumen se clasifica oficialmente como molestia, los bañistas pueden presentar denuncias por ruido a la Policía Marítima local responsable de la playa en la que se encuentren.

Las multas pueden oscilar entre 200 y 4 000 euros para los particulares y entre 2 000 y 36 000 euros para los grupos. También podría confiscarse el "accesorio" infractor, por ejemplo un altavoz.

El edicto de playas de la AMN enumera otras actividades prohibidas en las costas portuguesas. Entre ellas, jugar a la pelota fuera de las zonas designadas, acampar fuera de los campings y hacer fuego.

En toda Europa se persigue a los turistas molestos

No es la primera vez que se regula el comportamiento antisocial en las playas europeas.

El verano pasado, Barcelona (España) prohibió los cigarrillos en sus costas para proteger a los bañistas del humo ajeno y las colillas desechadas.

De Portugal a Croacia, se están introduciendo normas y restricciones para hacer más habitables para los lugareños los destinos turísticos más populares.

El mes pasado, Dubrovnik anunció planes para implantar un sistema de entrega de equipajes que reduzca el ruido de las maletas con ruedas en su histórico casco antiguo adoquinado.

Grecia ha introducido un sistema de franjas horarias para los visitantes de la Acrópolis en un intento de controlar la afluencia de turistas, mientras que el Panteón de Roma ha introducido esta semana una tarifa de entrada.

Muchos países, entre ellos Portugal, también están endureciendo las restricciones a los alquileres de corta duración para combatir la inflación en el mercado inmobiliario.

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