Nueva Gales del Sur, el Estado más poblado de Australia, ha decretado el estado de emergencia durante siete días para hacer frente al centenar de incendios forestales que devoran su territorio. Unos 2.000 bomberos luchan contra el fuego en decenas de frentes, muchos de los cuales están fuera de control.
Un invierno inusualmente cálido y seco ha propiciado el adelanto de la temporada anual de incendios en Australia.