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El proyecto de Dubái para crear arrecifes artificiales en el mar con conchas de ostras

El proyecto de Dubái para crear arrecifes artificiales en el mar con conchas de ostras
Derechos de autor  euronews   -   Credit: Dubai

Un grupo de restaurantes de Dubái está reciclando las conchas de las ostras que consumen los clientes, con el fin de devolverlas al mar, como parte de un proyecto para ayudar a mantener y apoyar el sistema local de arrecifes.

The Maine New England Brasserie Company tiene tres locales en Dubái y está catalogado como el mayor proveedor de ostras de la región. Anteriormente enviaba más de 50 000 conchas de ostras al vertedero, cada mes.

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Desde la creación del Proyecto Oyster Dubái, en el restaurante informan a sus clientes, al hacer el pedido, de que las conchas forman parte de una iniciativa de recuperación impulsada por la comunidad local.

El fundador y socio gerente, Joey Ghazal, explica que las conchas se utilizan ahora para crear arrecifes artificiales en el mar.

"Cuando les decimos a nuestros clientes que, en cierta manera, las ostras que consumen acaban de vuelta en el mar, que cada ostra que se regenera puede filtrar casi 230 litros de agua al día, y que está contribuyendo a mejorar el medio ambiente, realmente, sienten que están haciendo algo positivo".

The Maine se asoció con una escuela ecológica local y un grupo marino para devolver estas conchas al mar.

La colaboración entre las tres partes fue posible gracias a Fadi Abu Ghali, un empresario de Dubái que es cofundador del proyecto.

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Fadi Abu Ghali señala a Euronews que quería encontrar una solución para poder aprovechar las conchas que se enviaban al vertedero.

"Soy miembro de la junta directiva de la Escuela Arbor y he trabajado con el Grupo Medioambiental Marino de los Emiratos Árabes Unidos durante unos 18 años. Así que, pensé en unir las piezas y crear una bonita historia que combinase varias cosas, como la educación, el medio ambiente y el problema de los residuos alimentarios", afirma.

El proyecto pretende rehabilitar el sistema natural de arrecifes de la costa de Dubái para fomentar la biodiversidad marina y crear un hábitat natural para la amenazada tortuga carey.

La escuela Arbor de Dubái sigue un plan de estudios único en lo que respecta a la educación ecológica, y sus alumnos de edades comprendidas entre los 12 y los 13 años, estudian la oceanografía de los Emiratos Árabes Unidos.

La clase, en colaboración con el Proyecto Oyster, rellena las trampas para peces desechadas (conocidas localmente como ‘gargoors’), con las conchas de las ostras. Las conchas recicladas proporcionarán estructuras en las que podrá crecer la vida marina.

Ben Wren, asesor de educación medioambiental de la Escuela Arbor, considera que esta una oportunidad única para sacar el plan de estudios del aula y llevarlo al mundo real.

"Todos nuestros alumnos pasan tiempo en la playa y están muy familiarizados con los retos a los que tiene que hacer frente el medio marino. El grupo ya ha colocado algunas partes del arrecife", añade.

"Para poder vigilarlo con más facilidad, los niños están construyendo ahora cajas de muestras que se fijarán al arrecife y que podremos sacar del agua y examinar en la playa, en su momento, con equipos especializados", explica.

Las cajas de muestras permitirán a los alumnos observar mucho más de cerca lo que ocurre en esos nuevos arrecifes.

El plan a largo plazo es convertir el Proyecto Oyster en una parte continua del programa escolar.

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"Nuestro objetivo es volver dentro de unos seis meses con este grupo de alumnos y con otros estudiantes, que son un año menores que ellos, para que tomen el relevo", indica Ben Wren.

Con el apoyo del Grupo Medioambiental Marino de los Emiratos Árabes Unidos (EMEG), los alumnos de la escuela colocaron, y luego supervisaron, el desarrollo de las estructuras.

Las llamadas ‘gargoors’ se transformarán en bloques de construcción biológicos y se colocarán en la reserva del EMEG. Si el proyecto resulta un éxito, se ampliará a otras zonas fuera de la reserva.

Iman es una de las estudiantes de la Escuela Arbor que participa en el proyecto, y asegura que le gusta aprender sobre los problemas que existen en la sociedad y cómo se pueden resolver.

"Es muy interesante, porque en la mayoría de las escuelas no se hacen tantas cosas prácticas. Se aprende, sobre todo, la teoría. Y, esta, solamente puede llevarte hasta cierto punto. Hacer cosas en la vida real es mucho más práctico", señala a Euronews.

Su compañero Floris cuenta que, algunas de las cosas que más le gustan del proyecto es estar fuera del entorno de las aulas, y ser capaz de marcar la diferencia. "Creo que es genial. Las utilizamos y las reciclamos. Es como un ciclo ecológico", indica.

Otra estudiante, Janelle, añade que le encanta el lado práctico de su participación en el proyecto. "No crees que tu acción pueda tener un impacto hasta que la llevas a cabo. Hacer algo grande como esto es, realmente, divertido. Y, puedes ver cómo se desarrolla".

Se calcula que, en los últimos seis meses, The Maine ha donado 250 000 conchas de ostras a la Escuela Arbor. El objetivo es que esa cifra llegue a un millón, a finales de 2022.