Como cada 30 de diciembre, miles de madrileños se dieron cita en la Puerta del Sol para celebrar con un día de adelanto la llegada del nuevo año.
PUBLICIDADNació para evitar la tradición y se ha convertido en otra tradición. Un 30 de diciembre más, la Puerta del Sol de Madrid fue escenario de las llamadas preuvas. Miles de madrileños aprovechan las pruebas finales del reloj más famoso del país para celebrar frente a él la llegada del nuevo año sin tanta aglomeración. Porque el 31 de diciembre, en este lugar no cabe ni un alfiler.
"El 31 de diciembre hay más gente, y durante las uvas es imposible estar", reconoce una ciudadana. "Es más complicado, las preuvas es más divertido".
La policía aprovecha a su vez para preparar el dispositivo necesario para hacer frente a la noche más importante del año. El aforo ha quedado reducido este año a 19.000 personas, que deberán pasar previamente por los cuatro filtros policiales establecidos, para evitar la entrada de botellas de vidrio y otros objetos peligrosos. A partir de las 21 horas los accesos a la Puerta del Sol quedarán cerrados, y la policía procederá a desalojarla para a continuación comenzar a llenarla previo paso por los controles.