Sin bodas, ni banquetes, ni comuniones, ni congresos por el coronavirus, el sector del jamón de pata negra español, uno de los manjares más cotizados en el mundo, sucumbe a las restricciones por el coronavirus. Los criadores de las regiones productoras sufren pérdidas millonarias.
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"El evento ha caído y el jamón, que es un artículo de lujo y está en grandes eventos, pues, ha caído, ha caído", afirma resignado, Florencio Sanchidrián, uno de los cortadores de jamón más conocidos del país, considerado como el "embajador mundial del jamón ibérico".
Este jamón, es uno los productos españoles más cotizados en el mundo. Una pieza podía superar antes de la pandemia los 500 euros en el mercado.
La caída de precios castiga especialmente al sector del cerdo ibérico, el auténtico pata negra. En regiones productoras como Extremadura o Andalucía alcanza el 50%, según los cálculos del sector.
"Esa incertidumbre hace que las industrias, compren, pero compren más bajo porque no saben cómo van a vender ellos después de elaborar ese producto, a los dos, tres o cuatro años cómo va a salir ese producto, a qué precio va a salir", explica el presidente de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico, Antonio Prieto.
Criadores como Salvador, que tiene 13.000 ejemplares en su finca de la localidad extremeña de Membrío (Cáceres), han intentado compensar la caída de ingresos con las ventas en línea.
"La situación en este momento es muy difícil y estamos solucionándola como podemos en base a las redes sociales, en base a internet y en base a publicaciones en revistas. Y al final, poco a poco vamos haciéndonos un pequeño mercado por ahí, pero esto no es suficiente", señala Salvador Pereira.
Sólo en Andalucía, los ganaderos cifran las pérdidas del año pasado en unos 250 millones de euros.