Con la inmigración, la inflación y la batalla climática dominando los debates, la gran pregunta será si el nuevo ejecutivo incluirá a la izquierda y permanecerá cerca de la Unión Europea o si se inclinará hacia la extrema derecha y se distanciará de Bruselas.
Países Bajos vuelve a las urnas este miércoles para elegir un nuevo gobierno.
Se trata de unas elecciones anticipadas tras la caída del gobierno liberal conservador de Mark Rutte a principios de julio, debido a un fallido plan para los refugiados que resaltó las diferencias entre los socios del Ejecutivo en materia de inmigración.
Rutte no se presentará a estas elecciones y se espera que sean equilibradas, con cuatro grandes partidos abriendo la posibilidad de una nueva coalición.
El sucesor del todavía primer ministro interino, Dilan Yeşilgöz, tiene la difícil tarea de mantener en el poder al Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), pero según la última encuesta de opinión de "I&O Reseach", se quedaría en empate con sus rivales.
El Partido de la Libertad (PVV), del nacionalista Geert Wilders, obtendría una estrecha ventaja de décimas de punto porcentual en esa encuesta.
El Nuevo Contrato Social podría tener un papel decisivo
También rondaría el 17% la coalición de centro izquierda (GL-PvdA), que reúne a los Verdes y al Partido Laborista del ex vicepresidente de la Comisión Europea, Franz Timmermans.
Y luego está la sorpresa del recién creado partido democristiano Nuevo Contrato Social (NSC), que podría alcanzar el 14% y dar a Pieter Omtzigt, su líder, un papel decisivo en un futuro gobierno.
Con la inmigración, la inflación y la batalla climática dominando los debates, la gran pregunta será si el nuevo ejecutivo incluirá a la izquierda y permanecerá cerca de la Unión Europea o si se inclinará hacia la extrema derecha y se distanciará de Bruselas.
Hay 150 escaños parlamentarios en juego. La decisión recae en los votantes holandeses.