Las elecciones del 22 de noviembre eligen entre las soluciones propuestas a un problema estructural cada vez más grave en los Países Bajos
PUBLICIDADEl tema de la vivienda es, con diferencia, la principal preocupación de los neerlandeses, que eligirán a sus representantes al próximo Parlamento de Países Bajos en las elecciones del 22 de noviembre..
En todo el país hay una escasez cada vez mayor de viviendas asequibles, y los votantes se están dando cuenta de ello, como explica Peter Kanne, investigador de I&O Research y uno de los más conocidos del país. "Es la cuestión más importante, creo, porque se ha descuidado durante mucho tiempo. Hay mucha gente, jóvenes, ancianos, obviamente también muchos migrantes que necesitan vivienda en este país", ha explicado.
A pesar de ello, es poco probable que el tema de la vivienda decida las elecciones: "Todos los partidos piensan que es un tema muy importante. Los votantes piensan que es muy importante. Pero hoy por hoy no hay ningún partido que tenga la mejor solución", ha afirmado Peter Kanne.
Las profundas causas de la crisis
Las causas de la crisis de la vivienda son múltiples: desde las limitaciones medioambientales que dificultan la nueva construcción hasta la ya elevada densidad de viviendas, pasando por la afluencia masiva de estudiantes y profesionales extranjeros a las ciudades neerlandesas y el auge de los alquileres temporales en ciudades turísticas.
El resultado es que hoy faltan unas 390.000 viviendas en los Países Bajos, según los cálculos de Peter Boelhouwer, catedrático de sistemas de vivienda de la Universidad de Delft y uno de los mayores expertos en el tema a nivel nacional. "No hemos construido suficientes casas en los últimos diez años. Ha habido un descenso en la producción de viviendas y un aumento bastante fuerte de la población debido a la inmigración, sobre todo de mano de obra extranjera, que es bastante alta", ha argumentado.
El año pasado, ha explicado, se añadieron los flujos de refugiados procedentes de Ucrania, pero en general la inmigración es sobre todo mano de obra. "Así que hoy hay mucha más demanda que hace diez años y construimos menos viviendas. De ahí la escasez".
Los "sin techo económicos" de Ámsterdam
Sólo en Ámsterdam hay unos 3.000 'sin techo económicos', personas con trabajo y sin problemas particulares, que pierden su vivienda tras una separación y no pueden encontrar una nueva debido a los precios del mercado inmobiliario.
La asociación sin ánimo de lucro De Regenboog ayuda a estas personas alojándolas en oficinas y casas vacías que van a ser renovadas o demolidas, pero también con el programa "Onder de Pannen", literalmente "Bajo techo", una especie de Airbnb para personas en situación de sin hogar.
Buscan inquilinos con habitaciones libres en sus casas, dispuestos a alquilarlas durante un año a un módico precio, entre 250 y 600 euros al mes, ha explicado la coordinadora Tamara Kuschel.
"Intentamos darles un lugar temporal donde puedan recuperar energías, salir del modo de supervivencia debido al estrés de pensar constantemente dónde dormir, cómo mantener el trabajo..... Intentamos darles, al menos durante 12 meses, un refugio donde puedan descansar y recuperar la capacidad de planificar el futuro", ha asegurado.
Como cuenta la coordinadora, se trata de personas que, antes de quedarse sin techo, pasan meses con soluciones improvisadas, quizá durmiendo en sofás de amigos o en barcas en los canales de Ámsterdam, una ciudad cada vez más caracterizada por precios prohibitivos, tanto para los alquileres como para la compra de inmuebles: para comprar una casa de 60 metros cuadrados, dice Kuschel, se pueden necesitar hasta 600.000 euros.