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La UE ultima una nueva Directiva de depuración de aguas residuales para reducir la contaminación

La Unión Europea trabaja en una nueva Directiva sobre depuración de aguas residuales
La Unión Europea trabaja en una nueva Directiva sobre depuración de aguas residuales Derechos de autor Michael Macor/San Francisco Chronicle
Derechos de autor Michael Macor/San Francisco Chronicle
Por Euronews en español
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La nueva Directiva europea establece normas y obligaciones más estrictas que deberán cumplir las ciudades y pueblos de la Unión.

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El proceso empieza en el inodoro de nuestro hogar, y acabaa en las plantas de aguas residuales. Allí se depuran todos los líquidos que arrojamos por nuestros inodoros, antes de devolverlos a la naturaleza.

Una de esas plantas es la Aquiris de Bruselas, la mayor de Bélgica y una de las más importantes de Europa. Las aguas residuales recogidas se someten a una serie de tratamientos sucesivos a través de los cuales se filtran las distintas arenas y aceites, las partículas y la contaminación orgánica.

"En el centro de tratamiento de Aquiris podemos tratar hasta 16,4 metros cúbicos por segundo, es decir, 16 400 litros de agua por segundo", explica Jean-François Mougel, director de la planta. "Y aquí, de media, trataremos 300 millones de litros de agua al día".

En la Unión Europea, el tratamiento de las aguas residuales está regulado por una directiva de 1991. Pero desde entonces, la contaminación ha aumentado y la tecnología ha mejorado. Para adaptar mejor las normas a los objetivos de la política climática de la Unión, la Comisión Europea propuso en 2022 una nueva Directiva europea, que ahora estudia la Comisión de Medio Ambiente.

En general, la nueva Directiva establece normas y obligaciones más estrictas que deberán cumplir las ciudades y pueblos de la Unión Europea. En el pasado, algunos países y regiones ya tuvieron dificultades para respetar las antiguas normas.

Cambiar de mentalidad

Las nuevas inversiones, opinan los eurodiputados tras esta Directiva, son dinero bien gastado: "El coste estará ahí de cualquier manera", reconoce el eurodiputado finlandés de Renew, Nils Torvalds. "Si no se hace nada, habrá costes médicos, sanitarios y muertes prematuras. El coste será diferente. Así que tienes que elegir: ¿quieres hacerlo bien o mal?".

Para la industria del agua, la Directiva en cuestión va por buen camino, ya que el texto intenta que el sector cambie de mentalidad: Se trata en definitiva de convertir el tratamiento de aguas residuales en un centro de recursos que pueda producir energía como el biogás o recuperar el nitrógeno y el fósforo utilizados en la agricultura.

Eso sí: como todo esto tiene un precio, tendrán que pagarlo quienes más contaminen.

"Habrá tensiones en los presupuestos públicos", advierte Tania Pentcheva, de Xylem Water Solutions Bélgica. "Pero tendríamos que ver también la aplicación del régimen de responsabilidad ampliada del productor para aquellas industrias que científicamente están contaminando las aguas residuales, y tienen que contribuir a ello".

Hoy en día, la gente utiliza más cosméticos y medicamentos que hace tres décadas; en consecuencia, hay más residuos químicos en nuestras aguas residuales. Si no se afronta el reto de limpiar esas aguas, aumentará irremediablemente la contaminación de nuestros ríos y océanos.

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