NewsletterNewsletterEventsEventos
Loader

Find Us

InstagramFlipboardLinkedin
Apple storeGoogle Play store
PUBLICIDAD

La escasez de medicamentos está detrás del alarmante cierre de farmacias en Alemania

Farmacia de Berlín en una foto de 2022.
Farmacia de Berlín en una foto de 2022. Derechos de autor STEFANIE LOOS/AFP
Derechos de autor STEFANIE LOOS/AFP
Por Giulia Carbonaro
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button

Más de ciento veinte farmacias han cerrado para siempre en los primeros tres meses de este año en Alemania, mientras la escasez de medicamentos pasa factura al personal.

PUBLICIDAD

En los últimos años, las farmacias han cerrado a un ritmo preocupante en Alemania: solo en los tres primeros meses del año lo hicieron más de ciento veinte establecimientos, según datos de la Asociación Federal de Farmacéuticos Alemanes (ABDA).

"En estos momentos tenemos el número más bajo de farmacias desde principios de los años 80", comenta a Euronews Christian Splett, portavoz de la ABDA.

Se acelera su desaparición

El número de farmacias en el país lleva tiempo disminuyendo, pero el declive ha cobrado fuerza en el último año. A finales de 2022, había poco más de dieciocho mil en todo el país, dos mil ochocientas menos que hace una década, según el diario FAZ.

Es una situación que está dejando a muchos alemanes sin un vínculo crucial con el sistema sanitario del país, especialmente en las zonas rurales: los farmacéuticos suelen ser los primeros expertos a los que se pide ayuda antes de contactar con un médico.

"Los farmacéuticos cumplen también una función fundamental en el sistema sanitario, que no se puede medir por la cantidad de medicamentos que venden", afirma Splett. "Son el primer punto de contacto para los pacientes que no están seguros de si han de acudir al médico, de qué medicación pueden obtener. Y eso es importante".

Matthias Schrader/ AP
Una farmacia de la ciudad de Pfarrkirchen en una foto de octubre de 2020Matthias Schrader/ AP

¿Qué está pasando?

Según la ABDA, confluyen varias razones en el cierre de las farmacias a este nivel sin precedentes. Pero la principal es que no parece haber gran futuro para los jóvenes farmacéuticos en el sector de las farmacias comunitarias, un gran componente del sistema sanitario alemán.

"Si preguntas a los farmacéuticos jóvenes, te dicen que no hay perspectivas económicas para ellos, porque en realidad el Gobierno no quiere poner dinero en el sistema", explica Splett.

También hay mucha burocracia, muchos trámites a la hora de gestionar una farmacia o de tratar con las compañías de seguros de enfermedad obligatorios, en particular, que desaniman a los jóvenes profesionales".

Esto hace que muchas farmacias alemanas cierren porque su propietario, de sesenta y cinco o setenta años, no encuentra sucesor.

Otro problema es que la industria farmacéutica privada paga a su personal mucho más dinero del que puede permitirse cualquier farmacia comunitaria. En Alemania, el sistema sanitario está estrictamente regulado y los ingresos de las farmacias comunitarias vienen determinados principalmente por los gastos del seguro médico obligatorio.

"Este es uno de los motivos de las protestas, aumentar estos ingresos", comenta Splett.

Pero todas las demás cuestiones pueden relacionarse con tres problemas fundamentales que han surgido recientemente en Alemania: la escasez de medicamentos debido al aumento de la demanda y la reducción de la oferta, agravada por los efectos persistentes de la pandemia, el aumento de la inflación y la crisis energética.

Según la base de datos nacional oficial PharmNet.Bund, que supervisa el suministro de medicamentos en Alemania, más de cuatrocientos fármacos figuran como no disponibles en todo el país.

Esta escasez está costando una cantidad significativa de tiempo y dinero a las farmacias comunitarias, que buscan alternativas para atender a sus pacientes.

"Este tiempo no se paga, nadie paga por este tiempo extra", lamenta Splett. "Y supone mucha burocracia. Incluso si encuentras medicamentos alternativos, tienes que aportar mucha documentación para demostrar al seguro médico obligatorio que has elegido la opción más cercana a la más barata disponible."

¿Cómo arreglar esto?

El pasado 14 de junio, miles de farmacias en toda Alemania cerraron sus puertas en una jornada de protesta contra la situación cada vez más difícil en la que se han visto oligados a trabajar, mientras  el personal recibe poco a cambio.

Los trabajadores piden al Gobierno el aumento del dinero que reciben por cada prescripción médica que venden, de 8,35 euros a 12. Un gesto que reflejaría el reciente aumento de la inflación. 

Las farmacias han sido desconectads del desarrollo económico general, denuncia ABDA, "lo que no solo es injusto, sino también una amenaza existencial".

PUBLICIDAD

Splett asegura que los farmacéuticos están intentando convencer a las autoridades de que las cosas tienen que cambiar, al menos mientras el país sufra esta escasez de medicamentos.

Pero el ministro de Sanidad Karl Lauterbach ha rechazado las peticiones del sector de recibir más dinero, declarando que no hay fondos para ello. 

Mientras los farmacéuticos se muestran frustrados por la actual situación, los pacientes son, obviamente, quienes más la sufren.

"Debemos mostrar a la sociedad lo importantes que son las farmacias para el cuidado de la salud y lo dramático que sería si continúan desapareciendo más establecimientos con el papel de ser un punto de contacto social fiable", declaraba Thomas Benkert, director de la Cámara Federal Alemana de farmacéuticos, según cita DW.

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

Las farmacias francesas se convierten en la última tendencia de viaje en TikTok entre los estadounidenses

Las farmacéuticas aumentan la presión ante la reforma de la ley europea de medicamentos

La escasez de medicamentos en Alemania podría continuar durante mucho tiempo