Activistas de Greenpeace arrojaron el lunes por la mañana casi una tonelada de algas verdes frente a la prefectura de Finistère, señalando la responsabilidad del Estado en la contaminación crónica de las playas bretonas.
Una gran pancarta amarilla extendida sobre un montón de algas verdes frente a la prefectura de Quimper proclamaba: "Granjas industriales: ni aquí ni en ningún otro sitio". Otra, llevada por activistas con monos blancos, algunos con máscaras antigás, rezaba: "Bretaña contaminada: Estado culpable".
También colgaron grandes fotos de granjas industriales, fosas de purines y playas contaminadas en las puertas de la prefectura, junto a un enorme cerdo hinchable.
La acción, que comenzó a las 6:30 de la mañana y terminó hacia las 11:30, sin incidentes ni detenciones. Las algas verdes fueron recogidas por la mañana por trabajadores de la carretera.