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El sector agrícola holandés: nunca nos habíamos enfrentado a una crisis como esta

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©   -  Derechos de autor  Copernicus

Por Annabel Murphy

Una mañana de mayo, temprano, el ganadero Jos Verstraten recoge la hierba que ha cortado en su granja de suelo arenoso en el sureste del país, cerca de la frontera alemana. Esta hierba se secará, se prensará, se almacenará y alimentará a 150 vacas lecheras durante los meses de invierno.

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Ha sido un buen principio de temporada, ya que ha habido suficiente lluvia para que los pastos estén verdes y la tierra húmeda para las próximas cosechas primaverales. Pero dice que esto no ha sido así los últimos «cinco o seis años» en los que temperaturas excepcionalmente altas y meses más secos han hecho que la ganadería sea difícil e impredecible.

Verstraten, que también es miembro de la junta de la Organización Agrícola y Hortícola Holandesa (LTO), lleva 35 años trabajando en explotaciones lecheras y nunca había experimentado el cambio climático de esta forma. Los efectos del calentamiento se sienten «todos los días» en su granja.

«El año pasado ya hubo que irrigar los cultivos en mayo porque estaban muy secos y pasó lo mismo los años anteriores. Afortunadamente, este año llueve más, pero en la comunidad ganadera nos sentimos muy inseguros. No hay más que pensar en la sequía que hay en el sur de España este año», dijo.

La industria agrícola holandesa se encuentra en un momento de mucha tensión. El país es el segundo exportador agrícola mundial y tiene la población más densa de ganado del mundo, lo que causa un impacto significativo sobre la calidad de la biodiversidad, el aire, el agua y el suelo de su entorno. El gobierno y el sector agropecuario están trabajando para resolver esta compleja situación.

Algunos miembros del gobierno holandés han dicho que la industria debe reducir a la mitad el número de cabezas de ganado para disminuir drásticamente los niveles de amoniaco en la atmósfera y los depósitos de nitrógeno, lo que ha dado lugar a protestas y manifestaciones ganaderas en La Haya.

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«Tenemos una crisis aquí en los Países Bajos, el tema de la reducción del nitrógeno y un clima cambiante al que no estamos acostumbrados. El clima es la mayor amenaza a largo plazo y es algo que estamos viviendo y para lo que nos estamos preparando casi todos los días”», dijo.

Los últimos ocho años han sido los más calurosos que se han registrado nunca a nivel global

La historia de Verstraten es solo un ejemplo de la cruda realidad de un clima que ya ha cambiado. Esta dura situación salió a relucir en el último informe del Estado del Clima Europeo (ESOTC por sus siglas en inglés), publicado el mes pasado por el Servicio de Cambio Climático CS3, parte del Programa Copernicus de la Comisión Europea.

Mediante análisis de fuentes de datos de satélite e in situ sobre diferentes variables climáticas como el deshielo de los glaciares, la temperatura del aire de la superficie y la hidrología, la comunidad científica ha dicho que, en lo que llevamos de año, la temperatura registrada ha sido la más alta en Europa, con un aumento de 1,4 grados centígrados sobre las temperaturas medias del verano de 2022.

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Los datos también mostraron que los niveles de humedad del suelo eran los segundos más bajos en 50 años en el continente. La falta de precipitaciones y la mayor evaporación del agua de la superficie debido al calor extremo aumentan la dependencia de los métodos de irrigación y el uso de la energía en industrias como la agricultura.

El informe continúa diciendo que es probable que los fenómenos meteorológicos extremos persistan, ya que las cifras récord de emisiones en la atmósfera siguen calentando el clima, lo que aumenta la posibilidad de que haya condiciones meteorológicas anómalas.

Los niveles atmosféricos de dióxido de carbono (CO2) y las concentraciones de metano (CH4) también alcanzaron los niveles más altos a nivel global desde que comenzaron a registrarse a principios de los 90. El dióxido de carbono ha aumentado en 2,4 partes por millón (ppm) al año desde 2010 y el metano ha aumentado en 1894 partes por mil millones (ppb) por encima de los niveles medios anuales.

Adaptar la mentalidad a una realidad climática distinta

Carlo Buontempo, director de C3S, describió las conclusiones como algo similar a estar en «territorio desconocido».

«El informe hace hincapié en los alarmantes cambios de nuestro clima que tienen consecuencias para la biodiversidad, las comunidades e industrias enteras en toda la Unión Europea. Estamos en un momento en el que no podemos evitar que el clima cambie, y debemos centrarnos en mitigarlo y adaptarnos a un nuevo clima. Ya no podemos volver a cómo era antes», dijo.

Verstraten dijo que no le sorprendía que los días más secos y calurosos estuvieran aumentando en toda Europa, y que no pensaba que hubiera una solución milagrosa, pero que los ganaderos holandeses estaban trabajando para adaptarse mejor al cambio climático.

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«Actualmente tengo dos sistemas de riego además de ventiladores de refrigeración y aspersores en el establo para nuestras vacas. Además, se está considerando cultivar maíz en vez de hierba para alimentar al ganado, ya que crece mejor en climas más secos y tropicales», dijo.

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Sin embargo, estas soluciones alternativas no son necesariamente sostenibles. Que industrias enteras dependan del regadío y el bombeo de agua del medio ambiente para proteger sus granjas y cultivos tendría consecuencias sobre la biodiversidad de su entorno. Además, esto avivaría el debate sobre el uso apropiado y justo del agua, sobre todo en épocas de sequía y calor extremo.

Además, sustituir la hierba por el maíz también acarrearía otros problemas ecológicos. La hierba actúa como un sumidero de carbono, ayudando a fortalecer la biodiversidad y a reducir el impacto de la contaminación por nitrógeno en aguas subterráneas debido a su sistema radicular absorbente e intensivo.

«No tenemos todas las respuestas. Queremos recibir más ayuda para entender cuál es la mejor forma de adaptar nuestras explotaciones y es algo que no está sucediendo tan rápido como debería. El sector es muy vulnerable al cambio climático, que también afecta a los precios de la energía, las importaciones de alimentos y los fertilizantes», dijo.

Diseñar un servicio climático accesible y factible

La transición a una economía más verde y sostenible que funcione de acuerdo con la naturaleza necesitará tiempo, innovación, información y sacrificio.

Copernicus proporciona datos climáticos de forma gratuita y trabaja para convertirlos en información útil mediante aplicaciones para negocios europeos, gobiernos locales y planificadores urbanísticos para apoyar la transición a una sociedad más verde.

La comunidad científica ha establecido «sistemas de información sectoriales» que ofrecen información climática a medida, modelos y aplicaciones relevantes para grupos de usuarios y sectores industriales específicos, como el agrícola.

Un ejemplo de esto es el servicio Copernicus para el sector del agua, formado por conjuntos de datos sobre el agua y aplicaciones web interactivas que ayudan a la gestión del agua y otras industrias relacionadas a prepararse para los cambios del clima o los pronósticos estacionales, como las precipitaciones previstas o las descargas fluviales (el volumen de agua de los ríos)

Peter Berg, responsable de la Unidad de Investigación Hidrológica del Instituto Hidrológico y Meteorológico Sueco y científico jefe de la aplicación del servicio de agua Copernicus, dice que es importante que la información climática sea clara y factible, para que todo el mundo la pueda poner en práctica.

«Las aplicaciones del servicio de agua muestran cambios en muchos indicadores climáticos relacionados con el agua, como los pronósticos estacionales sobre cuánta agua hay en ríos cercanos. Esta información es útil para prepararse a largo y a corto plazo. Es importante ayudar a la comunidad europea a entender y prepararse para el cambio climático», dijo.

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Debemos entender y priorizar a los diferentes grupos de usuarios

Una parte de las estrategias de adaptación y resiliencia al clima es entender el amplio ecosistema acuático y cómo se usa. Disponer de un protocolo europeo de colaboración entre todos los participantes sobre la mejor forma de utilizar los recursos naturales es importante, sobre todo para los ríos que atraviesan varios países.

«Es beneficioso que haya un diálogo y un protocolo común para que todos los participantes puedan trabajar juntos para priorizar el agua. Hay muchos sectores que tienen grandes necesidades, por ejemplo la agricultura, el turismo, la energía hidráulica y la refrigeración de centrales nucleares, al igual que el medioambiente y la diversidad.

Es necesario que haya un espacio común y orientación sobre cómo priorizar y usar el agua. Es algo en lo que estamos trabajando en Suecia», dijo Berg.

En la transición verde existen valores y prioridades contrapuestas, por eso la colaboración entre gobiernos, ecologistas, universidades, inversores y comunidades es tan importante.

Según Verstraten, debe haber conversaciones y procesos de mediación más formales dirigidos a lograr soluciones viables para la agricultura, ya que esto aportaría confianza a la comunidad agropecuaria holandesa, que está preocupada por su subsistencia.

Al final de nuestra entrevista, Verstraten contempla los enormes retos de más de 14 000 ganaderos holandeses a los que representa como miembro de la junta del órgano industrial LTO, pero también se preocupa por una situación más cercana.

«Si fuera solo yo, podría dejar la industria y retirarme dentro de unos años. Dejaría que los demás se preocuparan por cómo va a conseguir comida la gente con todos estos problemas, pero Lucas, mi hijo de 28 años, quiere continuar en la ganadería y seguir con la tradición, así que voy a seguir luchando. Me preocupa la próxima generación», concluyó.