Las ruedas de 'Martry Mill', en la localidad irlandesa de Nava y 'El Molino del Obispo', en la Dordoña francesa, giran sin interrupción desde que estalló la crisis del coronavirus para responder a la incesante demanda de harina, 'el oro blanco' de esta pandemia.
En la localidad irlandesda de Navan, cerca de Dublín, el centenario Molino Martry gira sin descanso: no hay horas suficientes en el día para satisfacer la creciente demanda de harina de las familias confinadas por la pandemia de coronavirus.
Ahora se produce diariamente entre tonelada y tonelada y media de harina. Antes se tradaban dos semanas en producir la misma cantidad.
James Tallon es el propietario del molino que su familia ha gestionado durante cuatro generaciones: "Es como los años de la guerra, cuando la fábrica trabajaba 24 horas al día para abastecer el mercado. Ahora volvemos a hacerlo pero en un contexto totalmente diferente, en el contexto del coronavirus".
Oro Molido
También en Dordoña, en Francia, la crisis sanitaria ha devuelto la vida a un molin medieval. el "Molino del Obispo", alimentado por el río Pontou, estaba prácticamente en desuso desde la posguerra. Con el despegue del 'oro blanco del encierro' a la familia propietaria del molino no le ha quedado más remedio que poner manos a la obra rápidamente. Marie Coustaty-Ampoulange, hija de Elie Coustaty: "Solíamos moler 10 kg a la semana para los agricultores que querían hacer su propio pan, pero eso no nos permitía ver si el molino funcionaba realmente. Y la verdad es que funciona. Hemos podido moler hasta 200 kg de trigo, lo que representa unos 140/150 kg de harina diarios".
La piedra de molino de sílex gira a 60 revoluciones por minuto, mucho menos que los grandes molinos industriales, pero no se trata de hcer negocio, sino deser útil al territorio y restaurar el patrimonio.