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En busca de la harina perdida ¿Por qué tanta gente hace pan casero durante el confinamiento?

Pan casero en una cocina de Londres
Pan casero en una cocina de Londres Derechos de autor Matt Kemp/AP
Derechos de autor Matt Kemp/AP
Por Iban Yarza, Dan Lepard, Rafa Cereceda
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En estos días de confinamiento cada vez es más difícil encontrar harina en las tiendas y supermercados europeos. ¿La razón? Una ola de panadería casera arrasa el continente y las redes sociales. Dan Lepard e Iban Yarza, defensores de la panadería desde hace mucho tiempo, nos dan sus impresiones.

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Los defensores de la panadería Dan Lepard e Iban Yarza cuentan a euronews su opinión sobre la 'epidemia' de panadería que se está produciendo en los hogares de toda Europa -y más allá- durante el confinamiento para frenar a COVID-19.

En estos días de encierro es cada vez más difícil encontrar harina en las tiendas y supermercados europeos. Lo mismo ocurre en los Estados Unidos. Sin duda se debe en parte a las interrupciones en las cadenas de suministro por la cuarentena, pero sobre todo porque los ciudadanos confinados están convirtiendo sus cocinas en panaderías.

Algunos lo hacen por seguridad, para reducir las salidas diarias. Otros, porque tienen más tiempo y hacer pan y bizcochos es una ocupación reconfortante.

Después, muy a menudo, comparten sus creaciones en redes sociales llenos de orgullo... Bueno, eso depende del resultado.

El Gobierno español dijo recientemente que las ventas de harina han subido un 200% en la tercera semana de encierro, en Gran Bretaña, los productores de harina han duplicado la producción y aún así no consiguen satisfacer la demanda, en Francia hay un aumento estimado de ventas del 140%...

Se sabe -científicamente- que hacer pan o repostería tiene un efecto reconfortante y antiestrés. Incluso ayuda a personas con depresión.

El pan, especialmente con masa madre, es el rey de la panadería, ya que requiere paciencia, conocimientos y algunas técnicas. Pero también es lo más gratificante, cuando el panadero en ciernes cosigue hacer su propio pan con sólo harina, agua y sal, como nuestros antepasados.

Hemos preguntado a dos grandes defensores y divulgadores de la panadería sus puntos de vista sobre la 'epidemia' de panificación que se vive en Europa y más allá.

El panadero australiano Dan Lepard, también chef, escritor, presentador de televisión y mucho más, está inundado de mensajes y peticiones de gente apresurada por sacar un pan decente del horno.

El panadero español Iban Yarza, especialista en recetas tradicionales, también autor y profesor de panadería, cree que volver a la panadería en tiempos de incertidumbre es un retorno a las raíces de la civilización occidental.

Dan Lepard | El confinamiento desarrolla nuestras habilidades para la vida

Hornear pan ofrece potencialmente un alivio del estrés si se empieza tranquilamente y se persevera horneando hasta conseguir el éxito. Ofrece un atisbo del funcionamiento de la "terapia cognitivo-conductual" que refuerza tu capacidad de resolver problemas de forma manejable.

Sin embargo, esta crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto que mucha gente no tienen ningún tipo de habilidad en la panadería, pero están dispuestas a comprar toda la harina y la levadura que puedan y de alguna manera darle una oportunidad. Como panadero que trabaja en una burbuja mediática, mi interacción siempre ha sido con gente que quiere o sabe hornear, que me sigue y se interesa por mí porque comparto su curiosidad por la panadería.

Hasta ahora. De repente recibo mensajes, fotos, preguntas a cada minuto del día en twitter, Instagram, Facebook: y muchos son llamadas de pánico porque se dan cuenta de que se han metido en camisa de once varas cuando se ponen a hornear una simple barra de pan. La vida moderna, y la televisión también, nos ha animado a creer que las cosas simples de la vida - como hornear pan - deben ser intrínsecamente fáciles o de lo contrario las estamos haciendo mal.

La verdad - que lo simple es complejo - no es una verdad que estemos dispuestos a creer y muchos pincharán todos los enlaces de Google que encuentren buscando desesperadamente la receta que hace que esa tarea aparentemente simple sea fácil. Se escuchan frases como "bueno, hornear pan debe ser fácil, mi abuela lo hacía todas las semanas y no tenía educación", en sí misma una declaración condenatoria que muestra lo ignorantes que somos en cuanto a los beneficios de las habilidades en la vida.

Espero que este prolongado período de encierro anime a la gente a mirar el trabajo manual y las habilidades con más respeto y aprecio. Incluso si no salimos de esto rápidamente con una nueva habilidad para digamos hornear pan, o remendar ropa, o incluso limpiar nuestras casas, espero que estemos en el camino de entender cómo podemos ser mejores en nuestra vida diaria.

Iban Yarza | El pan es un lugar seguro al que volver

El pan siempre ha estado ahí, de hecho está en el centro de nuestra cultura, es uno de los fundamentos de la civilización occidental tal y como la entendemos. Sin embargo, últimamente la gente ha desconfiado bastante del pan. Parece que el trigo y el mundo de la panadería son considerados por muchos como superfluos, peligrosos o incluso un veneno a evitar (con toda la locura de las dietas y los productos sin gluten).

Es realmente interesante descubrir cómo en estos momentos de incertidumbre la gente vuelve a recurrir al pan, como una certeza, un lugar reconfortante. Estoy siguiendo esta locura de la harina y la levadura con curiosidad, interesado en cómo la gente que nunca había pensado en hornear en casa ha ganado interés por la panadería casera.

Estoy seguro de que algunos de ellos lo hacen por razones de seguridad (no salir de sus casas o no comprar pan tocado por otros), pero también estoy seguro de que el pan está haciendo su papel mágico de símbolo, como lo ha hecho durante más de diez milenios.

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Tanto si eres creyente como si no, creo que existe una noción inconsciente de que el pan es algo más que un alimento. Tal vez escuchaste a tu abuela hablar de ello, o tal vez leíste sobre ello, o tal vez ni siquiera eres consciente de ello, pero creo que mucha gente considera el pan como un lugar seguro al que volver.

Todos guardamos platos especiales para ocasiones especiales. La comida, como la materia que nos ha mantenido vivos desde el amanecer de la vida, tiene un estatus único en la forma en que vemos el mundo. Tomemos las humildes patatas a la riojana, un clásico guiso español hecho de patatas y chorizo. El día que mi abuela murió, uno de mis tíos llevó a toda la familia a su casa y cocinó una enorme olla de patatas a la riojana...

Creo que el pan está jugando ese papel para mucha gente en estos días. Hay gente que hornea por primera vez, hay gente que hornea con sus familias, y la sensación que tengo con todo esto es que todos compartimos un pan común, de la misma manera que compartimos una cultura común.

Me gustan las palabras, me gusta lo que significan o significaron las palabras (y también la forma en que las palabras cambian su significado con el tiempo).

Para mucha gente en España pan es sinónimo de comida, pero también de trigo y campos. Un campesino de la llanura castellana que cuida sus campos de trigo llama a los campos simplemente pan. Y cuando deseamos buena suerte a alguien de la forma más simple, simplemente le deseamos "que no se quede sin pan".

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Creo que volvemos al pan como ese lugar especial. Cuando volvamos a nuestra vida normal, espero que este movimiento ayude a concienciar sobre la importancia del pan y de la gente que lo hornea diariamente.

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