Las protestas agrícola que llevan días extendiéndose por varios países del bloque llegan a Bruselas coincidiendo con la cumbre de líderes europeos.
PUBLICIDADCientos de tractores se han concentrado este jueves en la Plaza de Luxemburgo de la capital belga para pedir a los líderes europeos que pongan fin a los acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y terceros países.
Quieren que se revisen acuerdos como el de Mercosur, que las importaciones se sometan a las mismas normas que los productos agrícolas europeos y que se flexibilice y simplifique la "costosa" burocracia de las normativas agrícolas y medioambientales. "Es un SOS y deben tomar medidas urgentes para ayudar a los agricultores. No ganamos lo suficiente, ganamos menos del salario mínimo. Algunos incluso ganan menos de 1.000 euros al mes. Así que ahí lo tienen, es inviable", ha explicado Charles-Albert de Grady, agricultor belga.
El miércoles por la tarde, los primeros tractores ya habían empezado a acercarse a la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, y desde primera hora de la mañana también se oían los cláxones de la caravana cerca del edificio principal de la Comisión Europea, frente al Consejo, donde se reúnen los líderes europeos.
"De hecho, se nos pide que hagamos el esfuerzo y lo paguemos nosotros mismos. Se nos pide que plantemos barbechos, que hagamos muchas cosas por la naturaleza. No tenemos ningún problema con ello, pero hay que financiarlo. No somos nosotros quienes tenemos que pagar el presupuesto verde", ha asegurado el agricultor belga Pierre Lebrun.
Los agricultores bloquearon el miércoles más carreteras en Bélgica, Francia e Italia para interrumpir el comercio en los principales puertos y otros sectores estratégicos, aumentando la presión durante la cumbre europea en Bruselas.
La gran pregunta es: ¿por qué protestan ahora los agricultores?
En los últimos dos años, los problemas a los que se enfrentan los agricultores han alcanzado una masa crítica. Sequías, incendios e inundaciones sin precedentes, achacados al cambio climático, devastaron los cultivos. La pandemia de COVID-19 golpeó la economía. La guerra de Rusia en Ucrania disparó los precios de la energía. Hubo una inflación galopante, con productos agrícolas a menudo incapaces de seguir el ritmo.