El nuevo Centro de Innovación Técnico de Lisboa es un moderno punto de encuentro entre el mundo académico, la empresa y los ciudadanos. El edificio se abrió al público tras las obras de renovación.
De antigua estación ferroviaria a polo de saber y ciencia. Es el Centro de Innovación Técnico de Lisboa. Un nuevo centro de conocimiento donde confluyen academia, empresa y ciudadanía. Tras una innovadora rehabilitación, el edificio se abre a la sociedad lisboeta.
"Hemos transformado el edificio, lo hemos rehabilitado, hemos intentado mantener su imagen y hemos aplicado nuevos materiales con tecnologías bioclimáticas más eficientes", explica Miguel Amado, profesor titular de Arquitectura, Instituto Superior Técnico (IST).
La innovación ha sido la principal divisa en la reconstrucción de la antigua estación de trenes de Arco do Cego construida en 1904. Se han incluido nuevos materiales, como el acero, y sistemas bioclimáticos para ganar en eficiencia.
"Era el lugar donde estaban los raíles del tren, que ahora se han reinterpretado, y es el lugar donde entran la ventilación y el aire acondicionado. Es decir, toda la renovación del aire para garantizar la calidad del aire del interior del edificio viene de abajo arriba, utilizando el efecto de la termodinámica de fluidos, de modo que el aire frío y caliente asciende y se purifica utilizando nuestros sistemas técnicos", dice Amado.
El Campus Alameda de la Universidad de Lisboa gana 5000 metros cuadrados con este edificio. La sala multiusos, para acoger eventos, y la amplia sala de exposición acercarán el trabajo de los 23 centros de Instituto Técnico Superior a la población.
"El conocimiento normalmente se esconde tras las puertas de las universidades y las unidades de investigación. Saquémoslo a la luz, mostremos a la gente por qué es importante invertir en conocimiento e invertir en investigación científica, desarrollo y espíritu empresarial. ¿Cuál es el valor de lo que hacemos? Este es el gran concepto, es como un escaparate", dice el presidente del IST, Rogério Colaço.
El proyecto ha supuesto 13 millones de euros. La Política de Cohesión de la Unión Europea ha subvencionado 5,3 millones. El Centro ha financiado 7,5 millones de euros, el 58% del presupuesto total.
Sofía Ferreira, estudiante de Arquitectura en el IST, ha participado en el diseño de esta zona de estudio, que permanecerá abierta las 24 horas tanto para los estudiantes como para el público en general:
"Tenemos dos zonas diferentes, una donde los estudiantes pueden estudiar en grupo y también pueden estudiar individualmente, con mesas para más personas, y luego una zona “chillout” o lounge donde pueden estudiar más cómodamente".
Un escaparate del saber, para crear sinergias entre la comunidad académica y empresarial y la sociedad.