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"Un desastre ecológico": Un proyecto de ley francés propone acabar con la cultura de usar y tirar de la moda ultrarrápida

En Europa, el consumidor medio tira 11 kilos de productos textiles al año.
En Europa, el consumidor medio tira 11 kilos de productos textiles al año. Derechos de autor AP Photo/Mahmud Hossain Opu, File
Derechos de autor AP Photo/Mahmud Hossain Opu, File
Por Angela Symons
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

¿Culpable de comprar moda de usar y tirar? Este proyecto de ley francés podría acabar con la ropa insostenible.

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Los anuncios de moda rápida podrían prohibirse pronto en Francia en virtud de una nueva propuesta para tomar medidas enérgicas contra la industria contaminante. El proyecto de ley, presentado por la diputada Anne-Cécile Violland, también pretende imponer sanciones a la ropa de bajo coste para cubrir su impacto ambiental.

Se debatirá en la comisión de Desarrollo Sostenible el 14 de marzo. Después pasaría al Senado. "La moda ultrarrápida es un desastre ecológico: la ropa está mal hecha, se compra mucho, rara vez se usa y se tira rápidamente", escribió el martes en la red social X el ministro de Transición Ecológica, Christophe Béchu, tras un debate celebrado con las partes interesadas del sector.

Béchu apoya la propuesta de prohibir la publicidad de artículos de moda rápida, incluso a través de influencers en las redes sociales, y el establecimiento de sanciones ecológicas para la ropa. Béchu también se mostró partidario de reforzar la información al consumidor por parte de las marcas de moda rápida sobre el impacto medioambiental de sus prendas, y afirmó que deberían animar a los consumidores a reutilizarlas.

Shein, en el punto de mira de la ley francesa contra la moda rápida

El minorista chino-singapurés de moda rápida Shein es el objetivo específico de la propuesta. "Shein ofrece 900 veces más productos que una marca francesa tradicional", dice el texto, que añade que la marca lanza más de 7.200 nuevos modelos de ropa al día, con un total de 470.000 productos diferentes disponibles en total.

Esto permite a la marca atraer a una amplia gama de clientes, lograr "enormes economías de venta" y cobrar "precios cada vez más bajos", afirma. Esto, a su vez, obliga a las marcas de moda europeas a aumentar su producción para poder competir.

El mes pasado, Shein se planteó cotizar en la Bolsa de Londres. En su solicitud, la marca de moda ultrarrápida, que vende en más de 150 países de todo el mundo, aspiraba a una valoración de unos 90.000 millones de dólares, según Bloomberg. Esta sería la mayor oferta pública inicial (OPI) de la historia en la Bolsa de Londres, pero podría abrir sus prácticas de fabricación al escrutinio.

La elevada rotación de artículos de moda barata "influye en los hábitos de compra de los consumidores al crear impulsos adquisitivos y la necesidad constante de renovación", advierte la propuesta, con consecuencias negativas para el medio ambiente, la sociedad y la economía.

El impacto medioambiental de la moda rápida

Cada año se venden en el mundo más de 100.000 millones de prendas de vestir, según la Agencia Francesa de Medio Ambiente y Gestión de la Energía (ADEME). En Francia, en el espacio de una década, el número de prendas vendidas anualmente ha aumentado en mil millones, alcanzando los 3.300 millones de productos o más de 48 per cápita, señala la organización ecológica Refashion.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la industria textil y de la confección es responsable en todo el mundo de alrededor del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, más que el total del transporte aéreo y marítimo.

También contribuye a la contaminación del agua, el 20% de la cual es atribuible al teñido y procesamiento de textiles, junto con los microplásticos desprendidos por los materiales sintéticos cuando se lavan. Además, la ropa barata está asociada a abusos de los derechos humanos y laborales bien documentados.

¿Qué se está haciendo para combatir la contaminación de la moda rápida en Europa?

La UE está introduciendo gradualmente diversas leyes para frenar el impacto de las industrias contaminantes. La Ley del Clima y la Resiliencia, por ejemplo, prevé hacer obligatoria la información medioambiental en productos como la ropa. También se centra en las etiquetas medioambientales engañosas, pretende reducir los envases y fomenta la reparación y reutilización de bienes.

El Paquete sobre Economía Circular de la UE impulsa este objetivo introduciendo una bonificación para reparar productos, promover la economía circular y local y fomentar el diseño ecológico. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para hacer frente a la amenaza medioambiental de la moda rápida, argumenta el proyecto de ley francés, que añade que debe haber una vuelta a los volúmenes de producción sostenibles.

¿Qué cambiaría con la ley francesa de moda rápida?

El proyecto de ley propone reforzar la información y sensibilización de los consumidores sobre el impacto medioambiental de la moda rápida. También pretende fomentar la reutilización y reparación de la ropa para luchar contra la cultura del usar y tirar.

Para responsabilizar más a los productores, propone multas basadas en el impacto ambiental y la emisión de carbono de los productos, similares a las que ya se imponen en la industria del automóvil.

Teniendo en cuenta aspectos como la sostenibilidad yla reciclabilidad, se aplicaría según una escala móvil y podría alcanzar hasta 10 euros por artículo vendido o el 50 por ciento del precio de compra en 2030, declaró Violland a Radio France.

Además de promover una competencia leal para las empresas que operen de forma más sostenible, las multas se utilizarían para financiar la gestión de residuos, bonificaciones por reparaciones y campañas de concienciación pública.

Por último, el proyecto de ley prohibiría la publicidad de marcas y productos de moda rápida, de forma similar a como se prohibió la publicidad de combustibles fósiles en la Ley de Clima y Resiliencia.

El proyecto de ley ha recibido el apoyo de voces del sector, como el diseñador francés de moda masculina y presidente de la Fédération Nationale de l'Habillement (Federación Nacional de la Confección de Francia) Pierre Talamon, quien afirma que se debería penalizar a las marcas que se dedican al "marketing comercial y las técnicas de sobreproducción que te empujan a comprar ropa para ponértela siete u ocho veces y luego tirarla a la basura". Estos actores "no crean empleo, sino que lo destruyen", añade.

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