Vladimer Stalter y Judit Katcharava son dos jóvenes productores que intentan encontrar financiación para sus proyectos cinematográficos. Vladimer es georgiano y Judit húngara. Este año han sido seleccionados para participar en un encuentro de productores europeos: “Producers on the move.”
Una oportunidad, dice Vladimer, de ampliar su red de contactos: “Siempre está bien conocer a gente de diferentes países. Cuando estás haciendo algo sabes a quién llamar y qué país elegir para un proyecto.”
También es una ocasión para ver otros puntos de vista: “Me interesa conocer otros proyectos y a otros jóvenes productores de talento y ver cómo funciona todo en Europa.”
El evento se celebró durante el Festival de cine de Cannes. Este año ha habido 25 productores, entre ellos, el español David Matamoros, de la productora Zentropa International Spain. El programa lo organiza la “European Film Promotion”, con el apoyo de la Unión Europea, para ayudar a los productores europeos a encontrar socios. Según Judith, no se trata sólo de la parte económica: “Nos gustaría llegar a un nivel internacional y tener un mayor público. Así que necesitamos encontrar coproductores, no sólo por el tema financiero, también porque nos gustaría que la parte creativa tenga cosas de los países vecinos.”
Vladimer quiere volver a situar a su país en el mundo del cine: “Vivimos un pasado duro en Georgia y el mundo nos olvidó. En cuanto al cine, estamos intentando volver al mapa cinematográfico europeo.”
Y para conseguirlo, aquí se reúnen con otros productores mediante el sistema de “speed dating”, o cita rápida. Cada productor tiene cuatro minutos para presentar su proyecto al otro. Una forma rápida de descubrir si hay otro proyecto en Europa en el que puedan trabajar juntos.
Muchos buenos proyectos se quedan en eso, en proyectos. Varios países europeos han recortado el presupuesto destinado al cine: España, un 35 por ciento.
Y además de la crisis financiera, en Hungría hay un conflicto abierto entre el poder político y el sector, que acusa al gobierno de querer controlar y destruir su trabajo. En Georgia la situación parece un poco mejor, cuenta Vladimer: “Hubo una guerra con Rusia en 2008, que afectó a nuestra economía pero el gobierno entiende que el cine es muy importante para Georgia. Es cultura, nos apoyan, y no han recortado el presupuesto.”
Producir una película con socios de diferentes países requiere ciertas habilidades, que Judit ya ha aprendido. “Es muy útil conocer bien las diferentes personalidades. Si eres creativo a la hora de resolver ciertas situaciones, eso ayuda mucho.”
Pero puede llevar a un dulce sueño también. Un 50 por ciento de los participantes del “Producers on the move” de los últimos tres años están trabajando en más de 30 proyectos. Una vez más, podría ser el comienzo de una gran amistad.