“Masika. No puedo olvidar a aquella mujer que conocí en Kivú Sur, en la República Demócratica del Congo.
Las violaciones en serie de mujeres son bien conocidas allí. Ya lo sabía. Pero no esperaba escuchar el horror que vivió Masika. Durante casi una hora, nos contó su calvario: la muerte de su marido, sus cuatro violaciones, la violación de sus hijos.
En la actualidad, Masika lucha por sacar adelante a decenas de mujeres que vivieron lo mismo que ella.
Me dijo: cuéntalo, cuéntalo. Y eso hice.
Su historia afectó también a mis compañeros de euronews que se mobilizaron por ella y por sus 35 hijos adoptivos.
Sólo fue un granito de arena pero también un poco de esperanza para aquella niña que me tomó la mano un día y me preguntó: ¿Volverás con cuadernos, bolígrafos y zapatos para que vaya a la escuela? Y le contesté: ¿Quieres ir a la escuela? “Pues sí, me dijo, pero también me puedes traer juguetes…”.
