Según el presidente de Kenia el objetivo de la milicia islamista somalí es instaurar "un califato extremista en la región".
PUBLICIDADTras la nueva masacre de la milicia islamista somalí Al Shabab en Kenia, el presidente del país ha destituido a su cúpula de seguridad.
Al Shabab reivindicó la ejecución de 36 trabajadores, no musulmanes, en una cantera de Mandera, en el noreste del país. Fueron ejecutados la pasada madrugada, en el campamento en el que dormían.
“La intención evidente es crear hostilidad y desconfianza sobre líneas étnicas y religiosas, y perseguir a los no musulmanes de ciertas partes del país. El objetivo último de esta campaña atroz es establecer un califato extremista en nuestra región”, ha declarado el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta.
La milicia Al Shabab ha advertido de que sus ataques son la respuesta a “la ocupación de tierras musulmanas por el Ejército keniano y sus atrocidades”.
Esta nueva matanza ha llevado a Kenyatta a destituir al ministro del Interior, cuya dimisión se pedía desde hacía meses. En el punto de mira por la creciente inseguridad desde el ataque del Westgate de Nairobi también el jefe superior de Policía, que ha presentado su renuncia.