Estados Unidos ha dejado claro que no cede a las amenazas, un día después de que Mark Lippert fuera apuñalado en la cara y en la mano por un
PUBLICIDADEstados Unidos ha dejado claro que no cede a las amenazas, un día después de que Mark Lippert fuera apuñalado en la cara y en la mano por un activista radical surcoreano.
Estados Unidos asegura desconocer los motivos de la agresión. El atacante, que lanzó proclamas contra los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur, había pasado dos años en la cárcel por un intento de agresión a otro diplomático, en 2010. En esa ocasión, el blanco fue el embajador de Japón en Seúl.
El agresor, que utilizó un cuchillo de cocina para atacar a Lippert, podría ser acusado de intento de homicidio.
Corea del Norte ha aplaudido el ataque, por considerar que se trata de “un castigo merecido”.
Un centenar de personas han quemado banderas norcoreanas en Seúl, en una manifestación de condena a la agresión contra el embajador estadounidense.
Lippert se recupera de las heridas sufridas en un hospital, desde el que ha publicado en las redes sociales que se encuentra bien y que pronto regresará al trabajo “para avanzar en la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur”.