Seúl investiga la relación con Pyonyang del activista radical que ayer apuñaló en la cara al embajador estadounidense en Corea del Sur, Mark Lippert
Seúl investiga la relación con Pyonyang del activista radical que ayer apuñaló en la cara al embajador estadounidense en Corea del Sur, Mark Lippert.
Su agresor viajó siete veces al país vecino en 2006 y 2007 y trató de erigir un monumento en Seúl en memoria del fallecido dictador norcoreano, Kim Jong-il.
Mientras la investigación avanza, Lippert ha recibido la visita del primer ministro surcoreano en el hospital.
“Le he dicho al embajador que espero que la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur sea mucho más fuerte y que este ataque sirva de catalizador. Me ha dicho que está de acuerdo”, declaraba Lee Wan-Koo.
La policía surcoreana ha registrado la vivienda de Kim Ki-jong; líder de una organización ultranacionalista que después de apuñalar al embajador lanzó proclamas contra las maniobras militares iniciadas el lunes por Seúl y Washington en territorio surcoreano.
Por su parte Pyongyang ha celebrado este ataque que considera “un castigo merecido” para Estados Unidos.