El Gobierno nepalí teme que el número de víctimas del terremoto de hace ocho días sea mucho más elevado. El balance oficial habla de más de 7.000
PUBLICIDADEl Gobierno nepalí teme que el número de víctimas del terremoto de hace ocho días sea mucho más elevado.
El balance oficial habla de más de 7.000 muertos y 14.000 heridos pero sigue habiendo miles de desaparecidos y existen localidades totalmente destruidas a las que no han accedido los servicios de emergencia.
“Nadie ha venido aquí, nadie nos ha ayudado. Lo tenemos que hacer todo nosotros y estamos comiendo lo poco que nos queda”, decía una damnificada.
El acceso a las zonas próximas al epicentro del terremoto sigue siendo muy complicado.
“A menos que venga alguien con algo de ayuda, moriremos de hambre. Es todo lo que podemos decir”, añadía otro.
El primer ministro nepalí, Sushil Koirala, urge a la comunidad internacional que envíe tiendas de campaña, comida deshidratada, equipos de purificación de agua y medicinas.
Koirala advierte de que la crisis que padece el país podría empeorar considerablemente si los damnificados no reciben la ayuda antes de la llegada del monzón.
La temporada de lluvias está prevista para junio y aunque los aviones con ayuda humanitaria van aterrizando en el aeropuerto de Katmandú, las organizaciones que trabajan sobre el terreno se quejan de la falta de recursos.
“Están subiendo las temperaturas y los cuerpos de las víctimas y de los animales están empezando a descomponerse. Hay un alto riesgo de que aparezca una epidemia a gran escala”, advertía Liu Haifeng, el jefe del equipo médico de la misión china.
La prioridad de las autoridades ahora es ayudar a los supervivientes aunque las tareas de rescate siguen adelante y este domingo han vuelto a rescatar de entre los escombros a tres supervivientes.