Las manifestaciones salieron a la calle en decenas de ciudades de al menos 16 de los 27 estados del Brasil. Más 200.000 personas habrían participado
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Las manifestaciones salieron a la calle en decenas de ciudades de al menos 16 de los 27 estados del Brasil.
Más 200.000 personas habrían participado. Exigieron la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
También rechazaron al ex presidente Lula, quien en muchos carteles fue tildado de “jefe” de la red de corrupción.
Uno de los manifestantes, el estudiante Luiz Paulo Loureiro, aseguró: “La oposición al partido del gobierno no toma la iniciativa, no tiene ningún político en primer plano. Esta es una manifestación no partidista de gente sin partidos políticos. Estamos aquí desde la derecha a la izquierda, no importa; gente indignada, que quiere un cambio real y el fin de un gobierno corrupto y mentiroso “.
La vecina de Río de Janeiro Suely Alancar explicó: “Lo que quiero es un Brasil mejor. Quiero que los brasileños elijan mejor en las próximas elecciones porque ya está bien del Partido de los Trabajadores. No podemos seguir con este gobierno”.
La indignación popular se ha visto espoleada por el descubrimiento de la red que operó en la empresa pública Petrobras durante los últimos diez años. Fueron desviados de la empresa unos 2.000 millones de dólares.
Una corrupción que ha deteriorado hasta el límite la enorme popularidad que disfrutaba la presidenta Rouseff desde su investidura en 2001. Recientes encuestas muestran una tasa de rechazo a la presidenta brasileña que supera el 70 %.
