La pista belga centra la investigación de los atentados de París

La Fiscalía federal de Bélgica ha anunciado que dos de los kamikazes que participaron en la masacre eran franceses que habían vivido en Bruselas.
Por otro lado, dos de los coches encontrados en las proximidades de la sala de espectáculos Bataclan fueron alquilados a principios de esta semana en la región de la capital belga.
La policía ha detenido en total a siete personas relacionadas con los ataques del viernes en ese país. Una cifra que para el primer ministro belga, Charles Michel, demuestra la implantación yihadista.
“Estamos convencidos de que en Bélgica, como en Francia, hay redes de combatientes extranjeros y hemos incrementado nuestros recursos para luchar contra esas redes, con cierto nivel de éxito ya que en solo unos meses hemos condenado a 170 individuos por terrorismo”, decía Charles Michel.
Cinco de las detenciones se han producido en el barrio de Molenbeek-Saint Jean. Una zona con mucha problación inmigrante, altas tasas de paro y que aparece vinculado a muchos de los ataques terroristas que han castigado Europa en los últimos años.
El autor del ataque frustrado al tren Thalys Ámsterdam-París, Ayoub El Khazzani, tenía una hermana que vive en ese barrio. La policía encontró pruebas que demostraron que el terrorista vivió allí.
En una habitación alquilada en Molenbeek planificó su ataque al Museo Judío de Bruselas el francés Mehdi Nemmouche y uno de los condenados por los atentados del 11-M en Atocha, el marroquí Hassan el-Haski, también había vivido en ese barrio.