Las cartas ya están sobre la mesa y la cuenta atrás ha empezado para Dilma Rousseff. Ayer, el instructor de la comisión del Senado encargada del
PUBLICIDADLas cartas ya están sobre la mesa y la cuenta atrás ha empezado para Dilma Rousseff.
Ayer, el instructor de la comisión del Senado encargada del juicio político contra la presidenta brasileña, Antonio Anastasia, recomendó a la Cámara Alta que empiece el proceso de destitución contra Rousseff.
Hoy viernes, los 21 senadores de la Comisión deciden si aprueban el informe y, si es el caso, el próximo miércoles se votará en la Cámara Alta por mayoría simple.
“La Comisión del Senado encargada del proceso de destitución denuncia a la presidenta de la República, Dilma Rousseff, por una violación de la responsabilidad fiscal al abrir por decreto presidencial una línea de crédito sin la autorización del Congreso Nacional”, declaraba Anastasia.
La oposición denuncia que la presidenta brasileña empleó parte de los presupuestos de los bancos públicos para cubrir programas gubernamentales. Una acusación que para Rousseff no es más que una estrategia por parte del vicepresidente y del presidente del Parlamento, opositores los dos, para dar un golpe de Estado.
“Hoy en Brasil existe un movimiento para destituirme. Un proceso contra el que voy a luchar en todas las instancias y con todas las herramientas a mi alcance. Estoy tranquila por que sé que no he violado la responsabilidad fiscal”, se defendía Rousseff.
Si la comisión aprueba el inicio del proceso y el Senado lo ratifica, Rousseff estará inhabilitada durante seis meses y el vicepresidente, Michel Temer, asumirá el poder de manera interina.