"Cada vez que oía un disparo tenía la esperanza de que no estuviera matando a uno de mis amigos"

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La emoción desborda a los supervivientes de la matanza de Orlando. Aún conmocionados, algunos
han buscado el consuelo de asociaciones vecinales y congregaciones religiosas. Uno de ellos, contó a los feligreses, de espaldas a la cámara, cómo vivió una pesadilla que le pareció eterna y que, sin duda, le acompañará el resto de su vida.

- “Es difícil para mí hablar aquí ahora. Todavía estoy perturbado por la situación que vivimos anoche. Estuve en el baño durante prácticamente tres horas con ese individuo por allí. Cada vez que oía un disparo tenía la esperanza de que no estuviera matando a un amigo mío, porque conozco a todo el mundo, todo el mundo sabe quien soy…

Yo solo quería que la gente lo estuviera pasando bien. Es un local de alegría, de conversación, de contar historias, ya saben, compartir historias, de respeto mutuo, donde te lo pasas bien. Pero, ya saben, entró un individuo y lo alteró todo, me sorprendió mucho. Pensé que era una broma, que eran fuegos artificiales. La gente pensaba que los disparos eran parte de la música… Pero era en serio y tuve que hacerme el muerto para sobrevivir, sí tuve que hacerlo. Estaba con una amiga y ella siguió mi ejemplo. Me alegro de que lo hiciera, porque el asesino no entró en el cuarto de baño.

Quiero mostrar mi simpatía sincera a todas las familias que han perdido a sus seres queridos, que también eran mis amigos. También quiero decir que esto no nos impedirá seguir disfrutando de la vida, amándonos, respetándonos los unos a los otros, a pesar del odio, en cualquiera de sus formas, que está ahí fuera en este mundo”.