Arañar hasta el último voto y revertir la tendencia que marcan los sondeos.
PUBLICIDADArañar hasta el último voto y revertir la tendencia que marcan los sondeos. Esa ha sido la batalla de Donald Trump en su último día de campaña.
El candidato republicano ha hecho una ofensiva final por cinco estados del país para intentar que Florida, Carolina del Norte, Pensilvania, New Hampshire y Michigan giren a su favor el día de las elecciones.
“¿Se pueden imaginar tener a Hillary Clinton los próximos cuatro años? ¿Se lo imaginan? Solo tiene lealtad a ella misma, sus donantes y sus intereses particulares. Mi único interés sois vosotros. Por eso estoy aquí”, decía Trump.
En su penúltimo mitin en New Hampshire, Trump ha aparecido solo flanqueado por sus hijos. Un símbolo del desprecio de los máximos responsables del Partido Republicano.
“Estoy tan orgullosa de lo que ha conseguido hasta ahora. Sé que mañana será otro gran día y que trabajará de verdad para hacer de este país un país mejor. Trabajará para vosotros, los estadounidenses y nunca os dejará tirados”, añadía su hija Ivanka.
Desde que anunciara su candidatura a las primarias republicanas, Trump ha jugado la carta del “outsider”. La del empresario hecho a sí mismo que está con el pueblo y que quiere acabar con la corrupción de la élite de Washington. Una carta que puede acabar dando la sorpresa esta noche.