Continúa la lucha en Qingdao, donde si tras la primera jornada destacábamos el papel de Rusia y China este sábado nos hacemos eco de la eclosión de las judokas…
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Continúa la lucha en Qingdao, donde si tras la primera jornada destacábamos el papel de Rusia y China este sábado nos hacemos eco de la eclosión de las judokas japonesas.
La primera en llevarse el gato al agua fue Nami Nabekura en la categoría de -63 kg. La nipona de sólo 19 años logró su segundo Gran Premio en una disputada lucha contra la británica Lucy Renshall.
Pero no fue esa la única noticia positiva para la delegación japonesa ya que minutos después llegó su segundo metal dorado, protagonizado esta vez por Erina Ike en la categoría de -70 kg. Ike tomó primero el liderazgo con un waza-ari de 17 segundos, dejó escapar entonces a la surcoreana Ye-Sul Hwang pero sentenció después la final inmobilizando por completo a su oponente.
Rusia aumenta su renta
En hombres Uali Kurzhev venció en la categoría de -73 kg. y aumentó así la ventaja de Rusia en el medallero. Kurzhev saboreó las mieles del éxito 6 meses después de su último triunfo. El judoka ruso mandó a la lona al chino Saiyinjirigala con un ippon a falta de 94 segundos para el final del combate. Fue la tercera medalla de oro para Rusia, una más que las que tienen China y Japón.
Y en la última final de la jornada, la de -81 kg., el surcoreano Jaehyung Lee venció al norteamericano Nick Delpopolo logrando así el primer oro para su país.
El ruso Murat Khabachirov logró el ipon de la jornada ante el chino Rigaqi Nai.