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Unas 3.000 personas pudieron ser evacuadas este lunes por la mañana de las zonas rebeldes de Alepo, sitiadas por el régimen de Bachar al-Assad. Así lo confirmó el jefe de una unidad de médicos y voluntarios que coordinan las operaciones. Estas personas tuvieron que esperar dieciséis horas en autobuses en un punto de control del ejército sirio. Las familias no habían podido comer ni beber y los niños sufrían las inclemencias del tiempo con temperaturas bajo los cero gradosuy. Otras 350 personas pudieron ser evacuadas el domingo por la noche hacia la misma localidad de Khan al-Assal.
Por otra parte, unas quinientas personas procedentes de dos enclaves de mayoría chiíta y que son atacados por las milicias rebeldes también pudieron salir este lunes por la mañana, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Estas localidades son Fua y Kefraya, que se encuentran al noroeste de Alepo en la provincia contigua de Idlib.
El domingo por la noche, una veintena de autobuses que se dirigían a esta zona fueron asaltados e incendiados por hombres armados de organizaciones yijadistas. Un chófer murió en los enfrentamientos. Por este motivo, el régimen de Damasco suspendió momentáneamente las tareas de evacuación que se habían reemprendido el jueves. Se calcula que solo se han evacuado hasta ahora 8.500 personas de las zonas asediadas. Y todavía quedan cuarenta mil civiles atrapados y en torno a cinco mil combatientes rebeldes.