Los habitantes del Valle del Mezquital, una región en lo alto de la meseta mexicana, parecen ajenos a lo que ocurre en un lugar tan diferente como Estados…
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Los habitantes del Valle del Mezquital, una región en lo alto de la meseta mexicana, parecen ajenos a lo que ocurre en un lugar tan diferente como Estados Unidos. Pero es de este país de donde proceden unos ingresos fundamentales que sumar a sus limitados recursos. Al menos hasta la llegada de Donald Trump.
El presidente electo ha prometido vetar el dinero que envían los mexicanos afincados en su país a sus compatriotas si su vecino del sur no costea un muro en la frontera.
“De por sí nosotros aquí casi no tenemos dinero. Aquí no tenemos nada y casi no hay trabajo. Yo digo que si mandan nuestros inmigrantes aquí, va a haber más pobreza, porque allá sí que tienen trabajo, nos ayudan, mandan un poquito para nosotros”, asegura una residente en Mexico cuyo hijo vive en Florida.
Las remesas procedentes de Estados Unidos alcanzaron el año pasado los 27.000 millones de dólares, una cifra muy superior de la que suponen los más de 18.000 millones de dólares obtenidos gracias a las exportaciones de petróleo. Allí además reside la diáspora mexicana más numerosa.
“La mayoría está consciente de que en cualquier momento puede haber una ley que les impida estar aquí y tengan que irse a su casa, tengan que regresar a su país, no solo de México, están salvadoreños, hondureños, de otros países, todo el mundo está casi en la misma situación. Pero los mexicanos son muchos más”, explica una mujer que trabaja en una oficina de envío de dinero en Florida.
Desde el inesperado resultado de los comicios estadounidenses el tráfico de dinero hacia Mexico se ha incrementado de forma llamativa. El temor a que Donald Trump cumpla sus promesas una vez asuma el cargo es palpable a ambos lados de la frontera.