El Kremlin dice lamentar las nuevas sanciones contra Rusia adoptadas por el Congreso estadounidense. El portavoz del presidente Vladímir Putin, Dmitri Peskov, las calificó de “extremadamente hostiles” aunque precisó que al tratarse solo de un proyecto de ley no se harían por el momento otras apreciaciones.
Más airada fue la reacción de otros responsables políticos rusos. Como la del presidente de la Comisión de Exteriores de la Cámara alta del Parlamento, Konstantin Kossatchev.
“En áreas de cooperación comercial, económica, de ciencia y tecnología, así como en desafíos mayores como los conflictos regionales o la lucha contra el terrorismo deberíamos optar por contramedidas que, primero, preserven nuestros intereses intactos y, segundo, sean dolorosas para los estadounidenses”, amenazó Kossatchev. “No solo simbólicas para enarbolar la bandera”.
El martes, la Cámara de Representantes estadounidense aprobó casi por unanimidad nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte. Ahora, todavía falta que las adopte el Senado. Pero el tema clave es que el presidente, Donald Trump, no aplique su veto. En el extraño equilibrio que mantienen Washington y Moscú desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, este gesto representa un cambio de actitud importante.