Rusia critica la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de impedir que participe en los Juegos Olímpicos de Invierno, pero acepta las reglas del juego.
El presidente Vladímir Putin ha dejado clara su posición ante un posible boicot: "Todo parece un decisión políticamente motivada y totalmente orquestada, pero, sin ninguna duda, no declararemos un bloqueo, no impediremos a nuestros deportistas olímpicos que participen, si alguno de ellos quiere hacerlo a título personal."
El jefe de Estado no obstante, delega la última decisión en un comité formado por deportistas, entrenadores y dirigentes que se reunirá en los próximos días. Para el Kremlin, existe una campaña internacional de presión sobre Rusia con la vista puesta en elecciones presidenciales de marzo.
La portavoz del ministerio de Exteriores, María Zajárova, cree que "todo está conectado con el hecho de que empezaron a intentar aislar a Rusia pero se ha conseguido ningún aislamiento". A pesar de ello considera que "aun queda la intención, hay poderes y medios, ¿por qué no simplemente aplicarlos en diferentes áreas?",
Además de invitar a deportistas rusos que no lo harán en representación de su país, el COI ha suspendido a dirigentes de por vida entre los que está el presidente del Comité Olímpico Ruso, Alexander Zhukov, quien sostiene que se quiere poner un "punto y final" a todo el escándalo del dopaje y que el propio organismo internacional "reconoce que hemos trabajado mucho para poner nuestro sistema antidopaje en orden", aunque considera que "no tener himno y bandera es una gran desventaja".
