El principio de acuerdo con la Justicia estadounidense allana el camino para su venta
Royal Bank of Scotland acuerda pagar una multa de 4.114 millones de euros por su implicación en el fraude de las hipotecas basura.
El banco escocés, que tuvo que ser rescatado durante la crisis, pone así fin a la larga investigación iniciada por la Justicia estadounidense por la venta de bonos hipotecarios tóxicos entre 2005-y 2007.
Con este paso, la entidad ya sancionada en 2015 junto a otros bancos por haber manipulado el tipo de cambio de las divisas resuelve dos problemas: la fuerte caída de sus acciones y la incertumbre en los planes del Gobierno británico para sacar a la venta su 70 %.
"Este anuncio es un hito para el banco", ha dicho Ross McEwan, consejero delegado de RBS, quien reconoció que si finalmente se cierra el acuerdo el banco asumirá "el precio a pagar por las ambiciones globales perseguidas antes de la crisis"
