Trump ha propuesto que se expulse en caliente del país a los migrantes irregulares sin pasar antes por un juez. Esta enésima polémica se considera una cortina de humo para desviar la atención del escándalo de los niños separados de sus familias.
PUBLICIDADDonald Trump ha vuelto a la carga con discurso más duro contra la inmigración ilegal. Tras decidir el miércoles pasado, presionado por la calle y los medios, acabar con la separación de familias en la frontera, el presidente estadounidense abrió este domingo otro frente, al proponer que los inmigrantes indocumentados sean deportados "inmediatamente", sin comparecer antes ante un juez, algo que supondría una violación del principio de debido proceso.
"No podemos permitir que esa gente invada nuestro país"
"No podemos permitir que esta gente invada nuestro país. Cuando alguien entra, debemos inmediatamente, sin jueces o casos judiciales, enviarlos de vuelta por donde vinieron", dice en un tuit, que ha sido interpretado como un intento de Trump de generar polémica para alejar el foco mediático de la cuestión sensible de los niños separados de sus padres.
Manifestantes bloquean un autobús con niños inmigrantes en la frontera
Entretanto, los medios siguen mostrando imágenes emotivas, como la de un autobús con niños, bloqueado por manifestantes cuando trataba de abandonar un centro de inmigrantes en la localidad fronteriza de McAllen, en Texan. Tras los cristales, la cámaras recogieron la imagen de los pequeños.
"Vi una niña, tenía la cabeza en la ventana. Le dije en español: estamos contigo, no estás sola. Vamos a ayudarte -afirma entre lágrimas una mujer-. Vinimos aquí para eso, para que sepan que esto no está bien, que necesitan a sus padres. Están encerrados en un autobús como criminales".
Una ola de solidaridad se ha desatado en todo el país. A un centro de ayuda a los migrantes, en la misma localidad de McAllen, están llegando cientos de cajas con pañales, ropa y productos básicos.
Wyne Cler se ha ofrecido como voluntaria en el centro. Ella llegó a Estados Unidos con su familia desde Vietnam en la década de los 70 y no entiende que algo así esté ocurriendo.
"Esta no es mi América. Cuando nosotros llegamos, en 1975, nos recibieron con los brazos abiertos. No nos separaron. Toda mi familia se sintió a salvo".
Tras el decreto que con el Trump dio marcha atrás, más de 530 niños inmigrantes han podido reunirse de nuevo con sus familias, pero aún se calcula que unos 2000 siguen separados de sus padres y Washington ha pedido a la Justicia que amplíe el plazo máximo de 20 días que, según la ley, los menores pueden estar privados de libertad.