Martin Fröst nos abre las puertas de su casa y de su mente. El virtuoso explica su nuevo proyecto y su manera de vivir la música.
Martin Fröst es conocido por sus actuaciones vanguardistas. Invitó al equipo de Música a su casa, en Estocolmo. Una oportunidad única para ahondar en la creatividad de este virtuoso.
Sin soltar su clarinete, Fröst nos reveló cómo se ve a sí mismo y cómo vive la música: "Soy el tipo de músico al que le gusta la idea de una vida tradicional como clarinetista clásico y, ahora, como director de orquesta. Pero también soy inquieto, y todo el sistema de la música clásica puede a veces conmigo. Después de un rato necesito sacudirme un poco, y quizás sacudir un poco también al público, y cuando lo hago luego estoy muy contento de volver a Mozart y a todo tipo de repertorio, pero esa mezcla es lo que me gusta. Vivo de estos momentos mágicos en la música en las “performances”, pero también me da una energía tremenda el hecho de crear, de componer yo solo".
"Ahora me hago todas estas preguntas: ¿a dónde vamos ahora?, miramos hacia atrás y tenemos mucho miedo del futuro. Pero hay algo más que me da miedo: que las cosas se mueran, que no logren vivir", nos dice.
¿Hay que saltarse el tempo?
"La música clásica es algo así: Esta es la cuarta de Beethoven y tiene que sonar de esta manera. Y si te saltas un poco el tempo la gente protestaría diciendo: oye respeta el “tempo” que es así" y Fröst se pone a cantar. "Estamos super entrenados para hacerlo correctamente, a la perfección y yo, pues me siento una víctima de todo esto. Nos educamos a nosotros mismos, pero olvidándonos quizás de nuestra creatividad. Me refiero al riesgo de hacer algo mal. Y luego es difícil sentir esa libertad, comparándola con un músico de jazz. Si cuentas hasta cuatro se sientes muy bien. Cuando toqué con músicos de jazz me pareció que estaban tocando, pero muy relajados".