El miércoles pasado, la policía estatal alemana comenzó a patrullar la frontera con Austria al sur del país, con el objetivo de controlar la inmigración irregular. Según el Ministerio del Interior de Alemania, los agentes llevarán a cabo los controles con el consentimiento de la policía federal.
El miércoles pasado, la policía estatal alemana comenzó a patrullar la frontera con Austria al sur del país, con el objetivo de evitar la inmigración ilegal. Según el Ministerio del Interior de Alemania, los agentes llevarán a cabo los controles con el consentimiento de la policía federal.
Markus Soeder, primer ministro alemán y miembro de la Unión Social Cristiana (CSU), dio la bienvenida a los policías: "Estos controles itinerantes y flexibles, son una clara señal de ya no se puede saber con certeza si algunas rutas son seguras. Esto quita un peso de encima al difícil trabajo de la policía federal y permite el crecimiento de la estructura de seguridad, que, de esta manera, se ha vuelto claramente más segura".
Esta medida se ha implementado después de que Horst Seehofer, ministro del Interior alemán y líder de la CSU, propusiera expulsar a los inmigrantes irregulares. Sin embargo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, se opuso a este hecho, lo que provocó tensiones políticas en la coalición.
Finalmente, ambos pactaron para crear «centros de tránsito» en la frontera entre Alemania y Austria, que permiten identificar a los inmigrantes para aceptarles dentro del país, en el caso de no haber solicitado la entrada en otro.
Posteriormente, Seehofer se reunió con los ministros del Interior de Austria e Italia para intentar frenar la llegada a la Unión Europea de personas sin el estatuto de refugiado. No obstante, no consiguieron llegar a un acuerdo y el debate sigue encasillado.
El porcentaje de inmigrantes en Alemania ha aumentado en estos últimos años a un 19,03%. Actualmente, 12.165.083 de inmigrantes viven en Alemania, según datos de la ONU, lo que supone un 14,68% de la población.
