La primera vuelta de las presidenciales en Mali, cruciales para el futuro del acuerdo de paz de 2015, ha estado marcada por la baja participación y los ataques yihadistas en el norte y el centro del país.
PUBLICIDADEl recuento de votos está en curso, después de una primera vuelta de las elecciones presidenciales en Mali marcada por la violencia y los ataques yihadistas contra centros de votación en el norte y el centro del país.
El presidente saliente, Ibrahim Boubakar Keita, que en 2013 ganó las elecciones por una abrumadora mayoría, vuelve a ser el favorito, aunque su popularidad empieza a disminuir.
Su principal rival, entre la veintena de candidatos en liza, es el líder de la oposición Soumaila Cissé. Si ninguno de los aspirantes supera el 50 % de los votos, habrá una segunda vuelta el 12 de agosto.
Estas elecciones son cruciales para tratar de dar oxígeno el acuerdo de paz firmado en 2015 entre el Gobierno y los rebeldes tuareg. Pese a ese acuerdo y pese a la presencia de fuerzas internacionales, la violencia yihadista no solo ha persistido, sino que se ha extendido hacia el centro y el sur de Mali, así como a los países vecinos Burkina Faso y Niger.
Durante la jornada electoral, algunos colegios electorales y urnas fueron incendiados en zonas del norte, como Tombuctú y Gao, y del centro, como Mopti y Segou.
Precisamente el líder yihadista Iyad Ag Ghali al frente de Yamaat Nusrat al Islam Wal Musilin (filial de Al Qaeda en el Sahel) había amenazado con ataques durante estos comicios, que se han celebrado en medio de un gran despliegue de seguridad, con más de 30.000 militares repartidos en casi todo el territorio, así como una importante presencia de observadores nacionales e internacionales.
"Por lo que nos concierne, la transparencia es una prioridad, así como la integridad de la elección", dijo a la prensa Cecile Kyenge, jefa de la misión de observadores de la Unión Europea.
La participación ha sido menor de los esperado. Los resultados oficiales no se conocerán antes del próximo viernes.