Los colegios electorales para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales cerraron en medio de una baja participación y de actos de violencia en el norte y el centro del país. En torno a 8,4 millones de malienses estaban convocados a elegir entre Ibrahim Boubacar Keita y Soumaila Cissé
Terminó la jornada electoral en Mali. Ahora hay que esperar al recuento de los votos. Los colegios electorales para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales cerraron en medio de una baja participación y de actos de violencia en el norte y el centro del país. En torno a 8,4 millones de malienses estaban convocados a elegir entre el presidente saliente, Ibrahim Boubacar Keita, popularmente conocido como IBK, y el líder de la oposición, Soumaila Cissé.
IBK, que aspira a un segundo mandato de cinco años, es el gran favorito de los comicios; fue el más votado en la primera vuelta, donde obtuvo el 41,7 % de los sufragios. Menos posibilidades de éxito conceden las encuestas a Cissé, quien se convirtió en el candidato con más apoyo entre los otros aspirantes a la presidencia. El líder opositor obtuvo el 17,7 % de los votos pero su triunfo en la segunda vuelta se antoja muy complicado ya que no ha conseguido el apoyo del resto de partidos de la oposición para su duelo en las urnas.
Alrededor de 36.000 miembros de los cuerpos de seguridad velaron por el normal discurrir de las elecciones. Pero pese a su presencia en las calles se registraron disturbios. En la región de Tombuctú, un hombre armado, del cual no se conoce la identidad, asesinó al presidente de un colegio electoral.