Las escuelas permanecen cerradas y puertos como el de Rapallo, en la región de Liguria, han quedado destrozados por el oleaje y el viento
Como en una escena apocalíptica, caminar por el puerto de Rapallo, en la ciudad italiana de Génova, obliga a esquivar los escombros y barcos encallados que el temporal ha destrozado.
Al menos 10 personas han muerto a consecuencia de las lluvias torrenciales. Los fuertes vientos y el oleaje han causado daños sin precedentes.
Seis regiones continúan en alerta roja y la alerta naranja se mantiene en buena parte del resto del país.
La mayoría de las víctimas murieron por la caída de árboles o tras ser golpeados por objetos arrastrados por el viento. Algunas se ahogaron tras el desbordamiento de torrentes y ríos.
En Venecia el temporal ha provocado el fenómeno conocido como "Aqua alta". La marea ha subido más de un metro y medio inundado calles y plazas de la turística ciudad de los canales. La gente caminaba con el agua por encima de las rodillas. El nivel del mar ha superado el máximo de los últimos diez años, aunque se espera que la marea empiece a bajar.
Los colegios siguen cerrados en muchas ciudades entre ellas Venecia, Génova, Nápoles y Roma. La situación es particularmente crítica en Liguria, donde cerca 20.000 personas están sin energía eléctrica y en Génova sigue cerrado desde ayer el aeropuerto por los fuertes vientos.