Cientos de migrantes centroamericanos han protestado en Tijuana, en el noroeste de México, por la lentitud con que se están tramitando sus solicitudes de asilo. Al otro de la frontera, Donald Trump dio "licencia para matar" a los militares desplegados para reforzar el control fronterizo.
PUBLICIDADCientos de migrantes centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos han protestado por la lentitud con la que están siendo escuchadas sus solicitudes de asilo. No dejan de llegar personas a esta ciudad fronteriza mexicana y la lista de espera es cada vez mayor:
"Es una forma de decirle a Trump que agilice las cosas. Muchos de los que es tamos aquí estamos apuntados para el asilo, pero las cosas pasan muy lentamente y tampoco podemos estar meses enteros ahí esperando que se muevan las autoridades y sufriendo".
La frustración no deja de crecer. A la lentitud de las tramitaciones y la hostilidad de muchos vecinos de Tijuana, se suman las amenazas de Donald Trump, que insiste en criminalizar a la caravana de migrantes. El jueves anunció que había dado licencia para matar a los militares desplegados en la frontera si era necesario:
"Si tienen que hacerlo, van a usar fuerza letal. Les he dado el visto bueno, espero que no tengan que hacerlo, pero, sabe usted, están tratando con un mínimo de 500 verdaderos deliencuentes. Así que no voy a dejar que se aprovechen de los militares. No tengo otra opción. ¿Quiero que eso suceda? Absolutamente no. Pero estás tratando con tíos duros", afirmó.
Irónicamente, Trump festejó con un grupo de militares la Fiesta de Acción de Gracias, una celebración que iniciaron los primeros colonos europeos para agradecer la acogida que les dieron los indios americanos.