A partir de ahora, los civiles tendrán un acceso a las armas menos restrictivo.
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El presidente ultraderechista Jair Bolsonaro aprobó la liberalización de la venta de armas en Brasil, una de sus promesas electorales más controvertidas. El mandatario brasileño se apoyó en el resultado de una antigua consulta en la que el 63% de los ciudadanos se mostró a favor de este cambio.
"Como lo decidió soberanamente el pueblo en el referéndum de 2005...para garantizarle su legítimo derecho a la defensa, yo, como presidente, voy a usar este arma" - anunciaba Bolsonaro con un bolígrafo en mano para firmar el decreto.
Antiguo capitán del Ejército, Bolsonaro considera que los nuevos propietarios de rifles y pistolas podrán intimidar a los delincuentes, por lo que según él se reduciría el número de muertes violentas en el país (unas 60.000 al año según datos oficiales).
El Partido de los Trabajadores, por su parte, ha criticado la medida y ha alertado de que puede provocar un aumento de la inseguridad. Asimismo, la formación ha recordado que según una encuesta de Data Folha, el 61% de la población declaró que estaban en contra de la posesión de armas.
El decreto no incluye sin embargo el porte de armas y sigue exigiendo ciertos requisitos como ser mayor de 25 años y no tener antecedentes penales.