El rescate del niño que cayó a un pozo en España entra ya en la recta final.
PUBLICIDADEl equipo de mineros asturianos especialistas en rescates ha conseguido excavar manualmente 2,5 metros de galería horizontal, más de la mitad del último tramo de cuatro metros que les llevará hasta la zona donde creen que se encuentra el pequeño.
Según la subdelegación del Gobierno de España en Andalucía, no han tenido que volver a recurrir a explosivos para avanzar.
"Hay que tener en cuenta el material extremadamente duro que se encuentran", ha explicado Jorge Martín, portavoz de la Guardia Civil en rueda de prensa. "La montaña manda el ritmo de trabajo". Señala que el terreno sigue siendo el mismo, así como las complicaciones que ya se presentaron en el túnel vertical.
En principio, los mineros estaban preparados para excavar con martillos neumáticos pero han tenido que recurrir a tres microvoladuras, pequeñas explosiones controladas para ablandar el terreno.
"El helicóptero de la Guardia Civil ha partido a Sevilla para llevar más material explosivo", ha indicado.
¿Cómo se llevan a cabo las explosiones?
Dos mineros descienden hasta el punto donde se está construyendo el túnel horizontal y perforan en la roca distintos agujeros donde serán introducidas las cargas explosivos. Luego deben ascender nuevamente a la superficie, donde son relevados por dos miembros de la Guardia Civil especializados en espeleología y microvoladuras. Estos descienden e introducen los explosivos en los agujeros. De vuelta a la superficie, detonan la carga explosiva.
Los explosivos han sido preparados previamente por el grupo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil, que se encuentran en la superficie.
Martín dice que este proceso les lleva cerca de una hora y media. Después tienen que esperar entre 30 y 40 minutos para extraer el aire del túnel de manera forzada, para evacuar la contaminación que deja la explosión abajo.
Los mineros descendieron anoche por la perforación paralela al pozo y llevan más de 16 horas trabajando. Estimaban entonces que el operativo terminaría en un plazo de 24 horas.
La bajada de los mineros, en turnos de tres, se realiza en el interior de una cápsula construida expresamente para el rescate.
Desde que el pasado 13 de enero Julen cayera en un conducto de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud, perforado para realizar sondeos de agua, un equipo de 300 personas han trabajado para rescatarlo, encontrándose con diversos contratiempos debidos, fundamentalmente a la dureza del terreno.
El pequeño pasaba un día de campo con su familia en la localidad de Totalán, en la provincia de Málaga, en el sur de España, cuando se precipitó dentro el pozo.
"Va a ser lento, porque es una roca muy dura"
Euronews entrevistó a Euronews Santiago Suárez, ex jefe de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa. Este grupo de salvamento lleva cien años liderando rescates en minas de carbón en el norte de España.
"Va a ser un poco más lento porque es una roca muy dura que va a dificultar y retrasar el avance", explicó Suárez sobre la principal dificultad que sus compañeros están afrontando en rescate de Julen. En la mina, precisó, los materiales como el carbón y los metales son más blandos que los que se están encontrando en Totalán.
Suárez preveía que sus compañeros valorarán la posibilidad de usar microvoladuras, si el terreno fuera muy duro. Se trata de "un tipo de explosivo, no rompedor sino expansivo, que abra el terreno y les ablande el material para que ellos puedan ir picando alrededor", indicó.
Respecto a la respiración bajo tierra, Suárez afirmó que los miembros de esta brigada "están habituados a trabajar en atmósferas explosivas o carentes de oxígeno".
"Es un trabajo minero, a ellos no les va a suponer en este caso grandes problemas", señala.
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