El nuevo Parlamento español que se inaugura este martes, será el más femenino y el más renovado de la reciente historia democrática del país, y contará también con una gran diversidad política y social.
PUBLICIDADLa socialista catalana Meritxel Batet ha sido elegida presidenta del Congreso de los Diputados de España y toma el relevo de Ana Pastor del Partido Popular.
Batet, quien ha contado con 175 apoyos de los 350 diputados en la segunda votación, había ejercido de ministra de Política Territorial durante el primer mandato de Pedro de Sánchez.
Para presidir el Senado, también ha sido elegido un socialista catalán Manuel Cruz. Sánchez ha definido a sus candidatos, que han conseguido con éxito presidir ambas Cámaras, como "catalanes al servicio de España y españoles al servicio de Cataluña". Con su designación ha querido dar mandar un mensaje conciliador al pulso independentista catalán.
La elección de Batet ha sido criticada por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. "Por primera vez preside la Cámara nacional alguien que no defiende la soberanía nacional de todos los españoles", ha escrito en Twitter.
El Congreso más femenino de la historia
El nuevo Parlamento español que se inaugura este martes, será el más femenino y el más renovado de la reciente historia democrática del país, y contará también con una gran diversidad política y social.
En total, 166 mujeres acceden al Congreso de los Diputados, lo que supone el 47,4 % de los escaños, el mayor porcentaje en el parlamentarismo español.
Se trata de un salto de gigante si se compara con la legislatura que comenzó hace cuarenta años, en 1979, la primera tras la aprobación de la Constitución, en la que solo había 24 mujeres.
Cuando mañana se constituya oficialmente el Congreso, para muchos diputados será la primera vez que ocupen uno de sus escaños, ya que ha habido una gran renovación en las listas de los principales partidos. De hecho, 212 de los 350 que conforman la Cámara (algo más del 60 %) son nuevos en esta legislatura.
Todo un reto, ya que se presenta un periodo complicado, con una Cámara muy fragmentada y en la que los socialistas (PSOE), el primer partido con 123 escaños, no tiene mayoría suficiente, lo que hará imprescindible los pactos con otros grupos.
Pero el nuevo Congreso también es muy diverso: en él convivirán, por ejemplo, el diputado socialista Luc André Diouf, que llegó a España como inmigrante irregular procedente de Senegal y estuvo a punto de ser deportado, y el de Ciudadanos (liberal) Marcos de Quinto, vicepresidente mundial de Coca-Cola de 2015 a 2017, al que se le estima un patrimonio de unos 40 millones de euros.
Los políticos catalanes en prisión se sientan en su escaño
Los cinco dirigentes independentistas catalanes juzgados por el intento separatista de 2017 y que fueron elegidos al Parlamento en las elecciones de abril pasado se acreditaron ayer en el Congreso y el Senado y fueron devueltos después a prisión.
Los cinco forman parte del grupo de doce líderes secesionistas que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo español desde febrero pasado, aunque están en prisión preventiva desde hace más de un año y medio.
Los nuevos legisladores acudieron a las sedes parlamentarias en furgones policiales, los mismos que los llevaron de retorno a la cárcel de Soto del Real (periferia de Madrid) tras el trámite.
Cuatro de los procesados, Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull, se acreditaron como diputados del Congreso, el primero por el partido ERC (republicano de izquierda) y los tres restantes por el conservador JxCat.
El quinto fue Raúl Romeva (ERC), quien se acreditó como senador un proceso que requirió apenas siete minutos, por lo que pasó apenas media hora en la sede del Senado, mientras sus compañeros pasaron una hora en el Congreso.
La ultraderecha ocupa sus 24 escaños
El líder del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, ha estrenado su escaño en el Congreso de los Diputados, dónde se sienta justo detrás de Pedro Sánchez. A su lado, otros 23 diputados de su formación irrumpirán en la vida parlamentaria española.
En respuesta al desembarco de Vox, dos diputados socialistas han vestido camisetas con un logo de un fantasma con los colores de la bandera del orgullo gay que el partido de ultraderecha había utilizado durante la campaña electoral para ilustrar una de sus "batallas".
