El anuncio del regreso a las armas realizado por tres líderes disidentes de la FARC ha caído como una bomba sobre Bogotá, donde siguen abiertas muchas heridas del conflicto que consumió el país durante décadas.
PUBLICIDADEl anuncio del regreso a las armas realizado por tres líderes disidentes de la FARC ha caído como una bomba sobre Bogotá, donde siguen abiertas muchas heridas del conflicto que consumió el país durante décadas.
"Estoy decepcionada. Soy una persona que siempre creyó en el proceso de paz, voté sí en el plebiscito, así que la noticia me pone triste, pero igual, creo que hay que cumplirle a los millones de colombianos y miles de guerrilleros que sí están cumpliendo el acuerdo", explicaba una jove.
La misma opinión tiene el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Thimochenko", que ha condenado con dureza la decisión de sus excompañeros de armas, sigue apostando por la vía política en insiste en "seguir trabajando por la paz".
Incluso el expresidente Álvaro Uribe, azote del proceso de paz impulsado por su sucesor en el cargo, ha abogado por "mantener el indulto" a Timochenko y otros exguerrilleros, aunque ha pedido una profunda reforma el Acuerdo de paz.
También insiste en salvar lo conseguido el exjefe del equipo negociador de paz del Gobierno colombiano, Humberto De la Calle. La paz es de todos, ha dicho, y hay que defenderla:
"Reconocemos que la gran mayoría de hombres y de mujeres de las FARC han cumplido con lo pactado, y los invitados a continuar con su proceso de reincorporación a la vida civil, que cada días estará dando más frutos", ha dicho De la Calle.
Se estima que cinco décadas de conflicto dejaron más de 220.000 muertos en Colombia y casi seis millones de desplazados.