Patrullan voluntariamente por la frontera en busca de migrantes para entregarlos a la policía, a la que acusan de "no estar haciendo lo suficiente".
PUBLICIDADSe hacen llamar 'defensores del hogar' y su trabajo es tan concreto como polémico: patrullar a lo largo de la alambrada que separa Eslovenia de Croacia, detener a los migrantes que traten de cruzarla, entregarles a la policía y asegurarse de que son devueltos al lugar de donde vinieron.
Hasta hace bien poco, este movimiento antiinmigrantes era impensable en un país como Eslovenia, tradicionalmente liberal. Blaz Zidar, exsoldado profesional, justifica sin dificultad su actual pasatiempo, y va más allá: "Creo que la única solución aquí es desplegar el Ejército en la frontera. La situación aquí es similar a la de una prisión cuyas puertas abrieras de par en par diciendo "dejemos salir a todos". ¿Quién se quedaría dentro? Ni uno solo", defiende el paramilitar.
Zidar y sus compañeros aseguran que se ven obligados a actuar "ante la inoperancia de la policía eslovena", a la que acusan de no estar protegiendo debidamente las fronteras.
Lo cierto es que la política migratoria de este país ha ido radicalizándose con el paso del tiempo.Las autoridades están levantando vallas adicionales en la frontera con Croacia después de que el exministro de Interior italiano Matteo Salvini amenazara con construir "barreras físicas" entre Eslovenia e Italia si no se detenía el flujo migratorio. Actualmente Europa cuenta con cerca de 1000 kilómetros de muro en 10 de los 28 estados miembro.